La doctora María Claudia Degrossi es una de las autoras de “Cazabacterias en la Cocina”, un libro en el cual se explica cómo cocinar sin intoxicar a la familia y cómo hacer las compras, almacenarlas, pedir un delivery, preparar una vianda, comer en la calle, entre otras otras cosas que deberíamos saber.
La profesora de microbiologías, alimentos y toxicología de alimentos indicó que “hace poco tuvimos la muerte de algunas personas en Misiones por botulismo, también puede ocurrir un aborto en una embarazada por un alimento contaminado. No es para asustar, sino para tomar conciencia que con cosas sencillas y fáciles se puede prevenir. Por eso hablamos de empezar a mirar las cosas de otra manera”.
“El error más común está emparentado con la conservación de las cadenas de frío y contribuye a nivel mundial a enfermedades transmitidas por alimentos. Muchas veces mantenemos la comida en recipientes de plástico herméticamente cerrados que suelen conservar el contenido en temperaturas cercanas a los 5 grados, sumado al calor de los ambientes. Allí, los microorganismos detectan todo lo que necesitan: comida nutritiva y agua que surge de la humedad, una combinación perfecta para las bacterias que crecen, se desarrollan y algunas se transforman en peligrosas, es ahí donde nos enfermamos”, sostuvo Degrossi, en su charla con el periodista Germán Sasso.
En tal sentido, aclaró que “Otro error muy común es cocinar carne y guardarla en el horno hasta el otro día, en lugar de conservarla en la heladera. Hacer ese cambio de hábitos es un trabajo, como el uso de las mismas tablas para cortar diferentes alimentos. Cada bacteria se divide en dos y cuando hace calor se reproducen cada 20 minutos, más allá de que a lo mejor un alimento no huele mal y solo al probarlo ya puede tener consecuencias”.
“El olfato no es una buena medida, porque si hay algún moho jamás deben ser inhaladas, al punto de causar un problema a nivel personal. Si uno tiene dudas, debe tirar a la basura ese alimento porque hay bacterias patógenas que crecen en la heladera. No alcanza con cortar ese trocito que tiene mal aspecto, porque todo el alimento ya está contaminado con toxinas que podrían causar síntomas en un futuro. Lo que se recomienda es freezar para prevenir”, sostuvo, desmitificando uno de los tantos mitos que circula de generación en generación.
Paralelamente, exclamó que “siempre se descongela dentro de la heladera o en el microondas si opto por cocinar al momento el alimento, el cual puedo volver a colocar en el freezer solo una vez más una vez que lo enfrío. Los huevos siempre van a la heladera para envejecer el crecimiento de los microorganismos, en el lugar especial que tiene en la puerta y no deben estar cerrados herméticamente”.
“Si el huevo está sucio con materia fecal se recomienda no llevarlo. La intoxicación con este producto está asociada con la salmonella, puede producirse por una tortilla no muy cocida y afectar especialmente a adultos mayores o bebés. El alimento más peligroso en mal estado suele emparentarse con la conserva que se hace domésticamente, las sobras de una tarta si no las como en tres días, se recomienda congelarlas”, resaltó.
Por último, la profesional enfatizó que “los embutidos deben consumirse en un tiempo corto por las consecuencias severas de una bacteria que pueden causar hasta meningitis. Por eso, se sugiere prestar mucha atención a la fecha de vencimiento”.