El 21 de octubre de 2011, viernes anterior a la elección del domingo 23, el intendente Moccero, violando las leyes electorales realizó un anuncio que impactó en la comunidad: Coronel Suárez iba a tener la fábrica de biodiesel más moderna del mundo.
El anuncio lo realizó en un hotel local junto a los empresarios de la firma estadounidense Greenline, cuyos capitales pertenecían al empresario argentino Ramiro Marini Neyra y al ex baterista de Soda Stereo “Charly” Alberti, quien fue la voz cantante del grupo inversor al prometer que “adquiriremos producción local, seremos socios de los productores Suárez y venderemos nuestros combustibles y aceites ecológicos en Coronel Suárez y la región”.
Los supuestos inversores agradecieron esa noche el apoyo y el compromiso del Intendente Municipal para lograr instalar esta planta de biocombustibles en Coronel Suárez, que no solamente brindaría mano de obra para gente de nuestra ciudad, sino que aseguraba un mercado para la producción local de cereales y oleaginosas y ayudaría a que los suarenses tomásemos conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.
Prometieron que en pocos días la planta estaría en Coronel Suárez y así fue, pero la planta quedó tirada en el Parque Industrial y nunca se instaló pese a que Moccero volvió a ser reelegido como intendente en esa elección. En la nada quedaron las promesas de mano de obra local, la ecología y la oportunidad para la gente de campo.
“Estamos orgullosos de este emprendimiento” dijo el ex baterista de Soda, explicando que “concentra la tecnología más avanzada del mundo en la producción de biocombustibles, y también acompaña el desarrollo de las comunidades”, afirmo el ex baterista de Soda Stereo.
En 2015 la planta cambió de manos y se prometieron 11 millones de litros de biodiesel por año y mucha mano de obra para los suarenses.
Pero todo quedó en una mera promesa electoral.
Nunca jamás se hizo nada y finalmente el lunes, se asegura que por orden de la Justicia, un camión se llevó de Suárez la planta que iba a dar trabajo y oportunidades de venta a los productores locales.
Otra nube de humo, como tantas otras, que suman para ganar elecciones pero que a poco muestran la verdadera cara de una forma espuria de hacer política.
Palabras, no hechos, es la verdadera consigna.