En el transcurso del miércoles por la noche y madrugada del jueves de la semana pasada, los inadaptados de siempre (o alguno nuevo) ingresaron al predio del Club Atlético Boca Juniors, ubicado en Gregoria Matorras y Granaderos, con la única intención de romper lo que encontraran a su paso.
El año pasado el Club había sido víctima de roturas de varios fogones, y esta vez vinieron por los que quedaban en pie.
Esta clase de actitudes son altamente repudiables. Los clubes son el lugar de encuentro de las familias, de los socios que aportan su granito de arena para verlos crecer, de la gente que trabaja desinteresadamente para mantenerlos de la mejor manera.
Desde las redes sociales, la Comisión Directiva afirmó que no bajarán los brazos frente a estos hechos vandálicos, y que seguirán trabajando para que la familia siga disfrutando del lugar que tanto quiere.