“Argentina es un país adicto a las drogas y el FMI es su dealer”
The Washington Post publicó un duro artículo donde cuestiona el alto gasto recurrente del gobierno argentino y pone en duda la viabilidad del nuevo programa.
Tras el acuerdo alcanzado entre el gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que evitó el default, las repercusiones siguen llegando.
Desde Estados Unidos empiezan a evaluar cómo hará el país para cumplir con las metas propuestas y, en ese sentido, el Washington Post publicó este lunes un crudo editorial, donde analiza la relación del país con el organismo y sostiene que "Argentina es un adicto a la deuda y el FMI es su dealer”.
En la extensa nota de análisis, titulada “la Argentina es la pareja de tango al que el FMI no puede renunciar”, el mayor y más antiguo diario de la capital de los Estados Unidos relató los sucesos que desembocaron en los anuncios del viernes y analizó el proceso que llevó a “evitar el impago del mayor rescate de la historia”.
“Argentina, el país del Malbec y del bistec con una guarnición de inflación, llegó el viernes a un acuerdo preliminar con el Fondo Monetario Internacional para evitar el default del mayor rescate de la historia. El resultado: el FMI tardará años más en recuperar los muchos miles de millones que prestó a Argentina, que parece un agujero negro fiscal del que no se escapa ni un dólar”, indicó el periodista Anthony Faiola.
“El duro acuerdo entre el FMI y el gobierno peronista de izquierdas -que heredó el rescate de la administración derechista del ex presidente Mauricio Macri- se produjo tras más de un año de intensas conversaciones”, señaló el Washington Post.
“Los analistas habían temido que los bolsillos de los argentinos se volvieran a llenar de hilachas ante la inminencia de los enormes reembolsos, empujando las negociaciones hacia un momento de crisis”.
“El acuerdo se cerró cuando las poderosas facciones peronistas amenazaron con abandonar los reembolsos si no se lograban condiciones generosas, lo que es como decirle a la compañía de la tarjeta de crédito que más vale que se atenga a las reglas”.
“El historial de la Argentina en cuanto al cumplimiento de sus promesas no es precisamente estelar, y el acuerdo marca un buen momento para considerar quién es el culpable del largo baile de tango del FMI con un país que pasa de una crisis financiera a otra, mientras gasta el dinero de otros”, señala el reconocido diario estadounidense, que llama a los gobiernos argentinos “adictos a la deuda” y al FMI, “su proveedor”. Sin embargo, señala que “si la Argentina es una víctima, es por las heridas autoinfligidas”.
Para The Washington Post, el plazo “relativamente largo” para reducir el déficit fiscal – el ministro de Economía Martín Guzmán anunció que se busca bajarlo de 3% a 0,9% para 2024 – “da margen a los peronistas, conocidos por sus impulsos del gasto antes de las elecciones, para mantener abiertas las chirriantes arcas del país antes de la crucial carrera presidencial de 2023″. En tanto, el FMI “tendrá que esperar que las garantías argentinas sean esta vez mejores que las anteriores”.
El análisis relata cómo la Argentina – “bendecida con fértiles llanuras que la convirtieron en un granero mundial, más rica que Japón y con más coches por persona que Francia” – sufrió un “largo y lento declive impulsado por los destructivos gobiernos militares y el populismo de la compleja maquinaria política lanzada en los años 40 por Juan y Eva Perón”.
“En las décadas más recientes, los gobiernos peronistas se dedicaron a gastar a raudales, dejando una factura imposible de cubrir para los candidatos de la oposición que tuvieran la mala suerte de sucederlos”, sostiene el artículo, que llama a la Argentina un “moroso serial” que ha incumplido sus compromisos con acreedores en nueve oportunidades a lo largo de su historia.
El texto también apunta al FMI por su “insensatez” en el préstamo otorgado al gobierno de Mauricio Macri en 2018: “El Fondo admitió que no había comprendido lo profundos que eran los problemas financieros en la Argentina, un país que imprime dinero como si fuera papel y cuya gente tiene tan poca fe en el peso que guarda dólares estadounidenses cada vez que puede”.
Sin embargo, en el caso argentino, atribuye el mal rumbo económico a los gobiernos que ocuparon la Casa Rosada en las últimas décadas. “El FMI ha sido criticado durante mucho tiempo por exigir austeridad a los países en crisis, pero en el caso de la Argentina, es precisamente el vicio del gasto excesivo lo que ha sido su mayor fuente de problemas”, sostiene.
“Su agobiante deuda es un legado de fondos malgastados y de corrupción oficial”, concluye el diario norteamericano.