Las tarifas de luz y gas subirán hasta un 20% en el verano
Desde marzo, comienza la segmentación de los subsidios, que implica el pago de mayores precios por parte de sectores de ingresos altos.
El Gobierno propondrá un aumento entre el 17% y el 20% en todas las facturas de luz y gas en los dos primeros meses del año, con lo que asegura que la suba de tarifas decidida sea menor a los incrementos de salarios proyectados para el 2022.
Además, desde marzo se pondrá en marcha la segmentación de las tarifas lo que, en primera instancia, impactará en unos 500.000 usuarios de área metropolitana, que dejarán de pagar un abono subsidiado para afrontar el consumo total. Luego la segmentación se extenderá a todo el país. De esta manera, en los casos en donde el poder adquisitivo esté por encima de la línea que defina el Gobierno, los incrementos serán mayores a ese 20% y también posiblemente estén por encima de la inflación prevista por el Gobierno: 33%.
Las subas se concretarán durante enero y febrero de 2022 y serán las únicas que alcanzarán a todos los usuarios. Pero, desde marzo, también se avanzará en la quita de subsidios a sectores de mayores ingresos, lo que también implicará que esos hogares paguen más por la luz y el gas.
Es decir, el techo del 20% no aplicará para los usuarios que, a criterio del programa de segmentación que están elaborando el Enargas y el Enre, estén en condiciones de afrontar el pago pleno de la tarifa. En esos casos, el aumento será mayor y podría llegar en algunos casos a no tener ninguna clase de subsidio en sus facturas.
En la ciudad de Buenos Aires perderán los subsidios los que vivan en propiedades donde el metro cuadrado supere los US$ 3700. En el conurbano, será a partir de una valuación de las tierras. Los barrios cerrados quedarán dentro del 10% de mayores ingresos que perderá subsidios. Lo mismo sucederá con domicilios donde se desarrolle actividad financiera, juegos de casino y loterías.
La decisión de aumentar las tarifas se da tras casi dos años de mantener la luz y el gas prácticamente congelados y en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este año hubo un aumento del 9% para la luz y del 6% para el gas, lo que representó para el Gobierno un gasto de dos puntos del PBI, unos US$ 9000 millones que golpearon las alicaídas cuentas públicas. Con esta corrección, según explicaron desde la Secretaría de Energía, el costo de los subsidios sería la mitad. Si bien la decisión política es no volver a ajustar las tarifas durante todo el año próximo, lo cierto es que esa definición se resolverá en la medida que los números de la economía lo permitan.