Un grupo de investigadores británicos y estadounidenses demostraron que el glaciar Thwaites, uno de los más grandes del mundo, tiene grietas y fisuras tanto en la parte superior como la inferior. Esto genera el temor a que pueda fracturarse y desprenderse en no más de cinco años.
El glaciar está en la Antártida occidental. Un tercio se encuentra sostenido en una plataforma de hielo flotante y el resto se extiende por 120 kilómetros de costa helada. Su tamaño total es similar al de Gran Bretaña y contiene suficiente agua para elevar el nivel del mar medio metro. Sin embargo, según la investigación, esa placa de hielo podría no durar mucho.
A esto se suma el problema de que no es el único que se derrite por el aumento de la temperatura del Océano Austral. Hoy es el Thwaites quien funciona como una especie de corcho, bloqueando que salgan al mar. Pero si se derrumba, podría acelerar el proceso de los demás, generando un colapso de la capa de hielo y, de la mano, un incremento catastrófico del nivel global del mar, que llegaría a varios metros.
Ya se sabe que el nivel del mar aumentan rápidamente. La tasa de crecimiento subió de 1,4 mm a 3,6 mm entre 2006 y 2015. A este paso, la convicción de que tomarían siglos de calentamiento global para derretir el Thwaites quedó de lado.
Lo mismo ocurre en el Ártico. Sin embargo, la pérdida de hielo en ese sector no afecta en mucho el nivel del mar porque este se forma principalmente en el mar, a diferencia del hielo antártico que se encuentra principalmente en tierra. El agua fluye y va al mar, aumentando su nivel.