Eran 11 hermanos, uno murió y el resto inventó un juego de mesa para homenajearlo

Momentos ganados es un entretenimiento que obliga a hablar y conocer más al otro. Nació como una iniciativa doméstica y ahora ya lo piden en otros países.
  • Lucas Padilla y su familia con “Momentos ganados”, un juego de mesa en homenaje al hermano fallecido Lucas Padilla y su familia con “Momentos ganados”, un juego de mesa en homenaje al hermano fallecido
  • Nano, el hermano que murió e inspiró el juego Momentos ganados. Nano, el hermano que murió e inspiró el juego Momentos ganados.
  • El juego Momentos Ganados, un recorrido por la intimidad de las personas. El juego Momentos Ganados, un recorrido por la intimidad de las personas.
  • La familia de Nano en pleno juego. La familia de Nano en pleno juego.
  • Lucas Padilla, el creador del juego en homenaje a su hermano fallecido. Lucas Padilla, el creador del juego en homenaje a su hermano fallecido.

“De eso se tata la vida. Amar, servir y ser feliz, a eso venimos. Cuando tomamos conciencia de eso todo cambia, todo vuelve multiplicado. Lo único que no se recupera es el tiempo que pasó, el tiempo perdido…”.

La frase le pertenecía a Mariano Padilla. “Nano” para todo el mundo. Carismático, fanático de River y los Rolling Stones y hermano en el seno de una familia numerosa.

Sus padres, Roberto y María Luisa, trajeron once hijos a este mundo: seis mujeres y cinco varones. Entre Roberto (57), el mayor, y Angie (37), la más chica, hay un cambio generacional y 20 años de diferencia.

Nano era el sexto, el hermano “del medio” y padre de dos hijos.  Siempre con mentalidad positiva, le gustaba que su familia estuviera unida, conocerse siempre un poco más. Vivía rodeado de afectos, siempre con una sonrisa. Hasta que un día, a los 43 años, le llegó la peor noticia: los médicos le comunicaron que tenía cáncer.

Durante cuatro años realizó todo tipo de tratamientos, visitas médicas, estudios e internaciones en el Hospital Alemán. Las peleó todas. Hasta que el 26 de agosto de 2019, el cáncer lo venció. Tenía 47 años y su destino tenía un final, pero había dejado un legado.

Sus diez hermanos se encargaron de asistirlo en todo lo que estuviera a su alcance. Uno de ellos fue Lucas (44), el noveno de los Padilla. Lucas es docente en un colegio de San Fernando. También estudió Filosofía y dicta clases en una universidad. Un día notó algo diferente que compartían sus alumnos.

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“Armamos dinámicas para que los chicos hablen entre ellos y compartan sus vivencias. Y más de una vez, cuando veía lo que se generaba entre los chicos, me surgió la siguiente idea: qué ganas de hacer algo así con mis hermanos”, explica.

Un día, a Lucas se le ocurrió hacer un juego basado en la visión que Nano tenía sobre la vida, con el propósito de unir a la familia, resaltar los valores y conocerse un poco más entre hermanos. También para enfrentar una delicada enfermedad como el cáncer y transformarla en una actitud positiva.

“Tenía la inquietud de hacer algo. Una mañana se me había ocurrido el formato del juego. Quería hacer algo más concreto para generar la charla y se me ocurrió hacerlo”, cuenta el autor intelectual. Y en esos días de tantas batallas y de acompañar a su hermano al hospital, Lucas llevó un cuaderno para volcar sus ideas.


“Nano estaba internado. Esa noche se durmió temprano. Yo me quedé anotando preguntas y se las mostré a la mañana siguiente. Le conté la idea y le mostré las preguntas que tenía pensado hacerle a mis hermanos o que ellos me las hicieran a mí. A Nano le gustaron mucho”, recuerda su hermano.

Lucas pensó las preguntas para la familia y las dividió por categorías. Algunas eran sobre temas generales, sobre gustos o un poco más superficiales como contar alguna película favorita, alguna canción que te recuerde a alguien o “qué comida te gusta más”. También hay otras que apuntan a cuestiones más profundas, son más emotivas como señalar alguna virtud, alguna habilidad o el recuerdo más importante que tengas de alguien que haya marcado tu infancia, tu adolescencia o tu adultez. Todas apuntan a lo positivo, para construir o resaltar valores.

“La idea del juego fue mía”, asegura Lucas, y agrega: “Primero se lo comenté a Nano con las preguntas. Después se lo conté a los demás. La idea era jugarlo los once hermanos”.

Así surgió “Momentos Ganados”, un juego de mesa de preguntas y respuestas para jugar entre familiares, hermanos, compañeros de estudio o de trabajo. Su nombre corresponde a una frase que Nano decía con sus amigos, sobre todo con Pancho Reto, uno de sus más íntimos.

“El nombre del juego viene de ahí. Todo lo vivido que sea ganado a la cotidianeidad que se te va”, comenta Roberto (alias “Bubu”), el mayor de los hermanos Padilla. “Nano aceptaba que tenía la enfermedad. Quería transmitir eso de que todo momento puede ser un momento ganado de acuerdo a cómo uno lo viva”, añade María, la segunda de la familia, la primera mujer de todas las Padilla.


Para Nano, un momento ganado era un momento compartido, por más triste que sea la noticia. “Es lo que decía ‘Bubu’: de estar atentos al momento presente, ponerle el corazón y en no distraerse”, acota Lucas.

“Más allá de la circunstancia, de algo triste y muy difícil, todo puede ser un momento ganado por más difícil que sea”, reflexiona Angie, y completa: “Nano también decía que no podíamos estar todo el tiempo con el celular; había que dejarlo de lado para charlar un poco más entre nosotros”.

Entonces, Lucas desarrolló este juego casero para compartirlo solamente con sus hermanos. Las preguntas están divididas por categorías. El tablero era de papel y en el medio había una foto con once Playmobil que representaba el orden de nacimiento de cada uno de sus hermanos.

Al principio se jugaba con las siete cartulinas en forma de tarjetas de diferente color, con preguntas divididas en siete categorías. Se utilizaban los números del bingo, las cartas de truco y también un dado, una ingeniaría bastante rebuscada. No había ganadores ni perdedores, sino que la idea era compartir el momento, afianzar los lazos afectivos y conocerse mejor entre hermanos.

Los Padilla lo jugaron por primera vez en noviembre de 2020, tres meses después de la muerte de Nano. Prácticamente, cada uno recibió la misma sensación. “Nos fuimos conociendo mucho más con el juego pero todavía falta un montón”, comenta Male. “El juego nos liberó para hablar un poco más. A preguntar más”, explica Ezequiel.

“También sirve para demostrar un poco más. Antes era tipo ‘hola’; ahora te abrazás mucho más. Y todo gracias a Nano. No es por el juego sino por Nano”, subraya María. “Todos fuimos cambiando para bien, en abrirnos, en compartir y ver las cosas de otra manera”, opina Male, otra de sus hermanas.

“El juego te acerca, lo he jugado con mis hijos. Ellos se abren cuando hacíamos preguntas al azar. Te cuentan cosas que no te hubiesen contado o no les hubiese preguntado. Los chicos se quedan enganchados: es más, dejan el celular de lado para seguir jugando. Yo también lo viví y lo disfruté en el momento: cuando terminaste, te dan más ganas de seguir jugando”, dice Pado el octavo hermano Padilla.

Momentos Ganados es un homenaje íntegramente a la memoria de Nano. “El deseo de Nano de conocernos es el legado que nos dejó. Él no pudo ver todo el legado pero en sus últimos días lo acompañamos un montón. En mi caso, lo acompañé varias veces pero nunca me animé a tratar muchos temas con él. Y a partir de todo esto y del juego decimos que aún falta mucho, pero como cada uno estaba en la suya, aprendimos o estamos tratando de comunicarnos un poco más”, agrega la mayor de las hermanas Padilla.

Los Padilla jugaron Momentos Ganados un par de ocasiones. Lo hacían con la familia y a veces con los más íntimos. En una noche de verano, Lucas llevó el juego a un asado. Le dijo a uno de sus amigos que había hecho este juego. Tenía las preguntas en su celular y entonces se pusieron a jugar con otras familias.

“Volví con la idea de hacerlo para el público. Me junté con Juan Peña, un gran amigo de Nano, que es diseñador. Se lo conté en marzo”, recuerda Lucas. Juan comenzó a plasmar la idea de Lucas para homenajear a Nano. Entonces, el juego fue tomando forma con un nuevo diseño. Así lograron desarrollarlo con un tablero, un dado y unas tarjetas con preguntas divididas en siete categorías. Finalmente, salió “Momentos Ganados”, un juego de mesa para toda la gente.


El juego actual contiene un tablero con el símbolo infinito en la parte central; fue pensado por Lucas en la profundidad de las personas. También hay un dado de color naranja (el color favorito de Nano), 11 fichas que representan a los 11 hermanos, y tarjetas de siete colores diferentes con preguntas divididas en siete categorías que se colocan boca abajo, en la parte inferior del tablero.

 

Cómo se juega


Las reglas son muy simples: para empezar, habrá que pasar primero por “Calentado Motores”, una sección con preguntas muy sencillas como “cuál es tu postre, tu película o tu comida favorita”, entre otras. El color de esta categoría es una remera batic que usaba Nano. Aquí no hace falta tirar el dado ni avanzar de casillero.

Luego, se tira el dado que tiene cinco números, del 2 al 6. El mismo incluye el logo de Momentos Ganados en homenaje a Nano, y representa el 1. El número más alto arranca primero.

Una vez elegida la ficha, se puede ir en el sentido de las agujas del reloj o hacia el otro lado, pero siempre en la misma dirección elegida desde el principio. Significa que cada participante vive una situación existencial distinta a la de los demás. Luego, cada participante leerá su propia pregunta según la categoría, de acuerdo al color del casillero que haya caído. Podrá tomarse el tiempo que quiera. El silencio es sinónimo de respeto.

Las siete categorías son: “Calentando Motores”, “Música para mis oídos, “De película”, “Sabiduría popular”, “En la vida hay que elegir”, “¿Lo pasado pisado?” y “Ramos generales” Hay preguntas como “Una letra (o una parte de una canción) que te resulte especialmente significativa”. ‘El que ríe último, ríe mejor’: algo que parecía que no ibas a lograr, pero se te terminó dando”, “Una virtud o habilidad que tengas”, “Un camino que tuviste que tomar”, “Cuenta conmigo: un recuerdo con amigos de la infancia”, “¿Quién te gustaba que fuera de visita a tu casa paterna/materna cuando eras chico/a?”, y muchas más.

El juego no tiene principio ni final. Tampoco hay una duración de tiempo para jugarlo sino que termina cuando lo deciden los participantes. Lo más importante es que no hay ganadores ni perdedores. Como su nombre lo indica, todos ganan por igual.

 

¿Cómo se consigue?


A través del Instagram @momentosganados. La cuenta fue creada en julio de este año y ya supera los 3.000 seguidores. La juguetería digital Bakaru (www.bakaru.com.ar) también se encarga de los pedidos y de los envíos gratis por el país.

La cuenta contiene fotos que explican el reglamento y origen del juego: hay posteos de los 11 Playmobil, el logo original con las iniciales “MG” tomadas de una marca de automóviles, las anotaciones originales que Lucas hacía en su cuaderno mientras acompañaba a Nano a hacer el tratamiento, y fotos del primer día que jugaron los hermanos Padilla, entre otras cosas.

Momentos Ganados ya recibió consultas y pedidos en todo el país y también desde España, Colombia, Ecuador y México, entre otros lugares. Para que todos puedan jugarlo y vivir la experiencia de resaltar valores, aferrarse a los afectos y a la familia. Para compartirlo con los amigos y conocerse un poco más. Nano ya ganó.

 

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