Tanto Daniel Gollan, exministro de salud de la provincia de Buenos Aires, como su exviceministro y actual sucesor, Nicolás Kreplak, buscaron en todo momento gestionar la pandemia en beneficio de su grupo político de pertenencia, es decir, La Cámpora, cediéndole la gestión de la campaña de inmunización en detrimento de dispositivos ya establecidos y sobradamente probados como, en el caso del partido de General Pueyrredón, la campaña municipal de vacunación que todos los años aplica más de 400 mil vacunas, entre otras, contra la gripe.
En su momento, la licenciada en enfermería Patricia Fontina quien, desde el gobierno municipal, fue quien lideró estas exitosas campañas, señalaba al respecto de la esta estructura armada por el gobierno de Kicillof para la aplicación de las vacunas contra la covid-19: "La vacunación es una práctica autónoma de enfermería y los enfermeros nos preparamos para eso. Hay una preparación previa, una logística, una reconstitución con el diluyente apropiado, la técnica para descongelar y luego para aplicar. Hay muchas cosas que debemos aprender antes de aplicar una vacuna".
Sin embargo, estas advertencias no fueron escuchadas y hoy se ven las consecuencias, como lo que ocurrió en el vacunatorio de la sede de IOMA ubicada sobre la calle Bolívar de la ciudad de Mar del Plata, en donde se les aplicaron dosis vencidas a unas 17 personas que debían recibir la tercera dosis de refuerzo de AstraZeneca. A las pocas horas de recibir la inoculación, fueron llamados desde Zona Sanitaria VIII para informarles que las dosis que se les habían aplicado habían vencido el pasado mes de noviembre.
Uno de los actores que rápidamente se hizo eco de este escándalo fue el concejal de Vamos Juntos por el Cambio Agustín Neme, quien elevó al gobierno de Kicillof un pedido de informes: "El gobierno provincial debe responder de forma inmediata ante la aplicación de vacunas vencidas en nuestra ciudad. Por esto desde el bloque 'Vamos Juntos' presentaremos un pedido de informe para que explique esta situación que no sólo es preocupante sino también de suma gravedad".
Esta situación deja en claro lo grave que es que La Cámpora, aún hoy, siga manejando la vacunación. Es obvio que una vacuna no es un voto, y deberían reflexionar de una vez lo peligrosa que es esta conducta de politizar una pandemia.