El presidente de la Nación, Alberto Fernández, se trasladó con parte de su gabinete a la provincia de Tucumán, donde su jefe de gabinete, Juan Manzur, selló hace poco la paz con el vicegobernador (actual gobernador) Osvaldo Jaldo.
La comitiva encabezó una reunión de gabinete federal en la ciudad de Morteros, a 50 kilómetros de la capital provincial.
Allí el mandatario sorprendió a todos al preguntarse “si la Capital no tendría que estar en un lugar distinto al que está”, en referencia a la Ciudad de Buenos Aires y sugirió que podría “venirse al Norte”.
La política de capitales alternativas fue una de las principales promesas durante la campaña presidencial, luego frenada por la pandemia y la prohibición de los traslados interprovinciales.
“¿No será hora que empecemos a tomar esos desafíos y ponernos a plantear como sociedad cómo hacerlo?”, dijo Fernández desde Tucumán.
El objetivo de cambiar la capital de ciudad es “descentralizar” el funcionamiento burocrático de las distintas áreas del Estado y, según dijo el propio mandatario, “mover a la Argentina”, al sugerir que la secretaría de Energía o de Pesca estén en la Patagonia.
