Ayer jueves por la tarde los hermanos Ramírez, que son locatarios de un campo ubicado en el cruce de las rutas 60 y acceso a Huanguelén dejaron su trabajo y tomaron rumbo a sus viviendas para descansar luego de una larga jornada. El cielo se mostraba amenazante y casi todos sabíamos que los pronósticos preanunciaban lluvia. Y bastante: se hablaba de más 30 mm.
Grande fue su sorpresa y enorme su bronca cuando a la mañana siguiente – hoy a la mañana - llegaron al campo y descubrieron que manos “anónimas” les habían roto dos silobolsas, justo antes de que cayeran 40 milímetros sobre el maíz que quedó al descubierto.
Consultadas personas relacionadas con la producción de maíz nos han comentado que las pérdidas sufridas por estos productores deben superar el millón de pesos si se toma en cuenta la pérdida de valor, los valores de los movimientos necesarios para recuperar el cereal y la necesidad de secar los granos antes de comercializarlos.
En Huanguelén, donde residen los hermanos Ramírez, los perjudicados por este acto vandálico, no deja de sorprender que sean justamente ellos los atacados, ya que hace poco menos de un mes también fueron noticias cuando dieron a conocer una filmación en la que simpatizantes del Frente de Todos robaban del buzón de su vivienda las boletas electorales de Juntos por el Cambio. Y creen que son temas que pueden estar íntimamente relacionados.
Esa es una deducción directa y casi lógica, pero no se descarta que sean los mismos motivos, pero no los mismos autores.
Es difícil comportarse como ciudadanos de bien en este país.