El mate es uno de los máximos símbolos de la cultura nacional, y el Congreso de la Nación plasmó el festejo mediante la ley 27.117, que conmemora al comandante guaraní Andrés Guacurarí y Artigas (1778-1821), adoptado como hijo por el caudillo rioplatense José Gervasio de Artigas.
Entre 1815 y 1819, el comandante "Andresito", como se lo conocía popularmente, gobernó la Provincia Grande de las Misiones y tuvo un rol fundamental en la producción y la comercialización de la yerba mate.
"Andresito" dio un puntapié crucial para que el mate se convirtiera en lo que es hoy para los argentinos, parte de nuestro "ADN".
El mate es la bebida social más emblemática del país por su simpleza: agua caliente, un pequeño cuenco, una bombilla y yerba. Y si bien la pandemia cambió la forma de compartirlo, ya que se recomienda que cada persona use su mate propio, sigue estando presente en cada juntada familiar o entre amigos.
La palabra mate nació del vocablo quechua matí, que significa calabaza, ya que este fue el recipiente y material donde más se tomaba cuando los españoles llegaron a América del Sur. La bombilla se denominaba tacuarí y era simplemente una cañita ahuecada.