El día después de mañana

La mayoría considera que el peronismo ya no es el único capaz de pilotear tormentas. En la Cámpora creen que luego de la derrota debe surgir un gobierno distinto. Por Jorge Lanata
El día después de mañana

"The day after tomorrow”, la película catástrofe sobre el cambio climático dirigida por Roland Emmerich se estrenó en 2004 y fue presentada en Argentina con la traducción literal de su titulo “El día después de mañana”. Todo el mundo lo repitió sin pensar en lo mas elemental: en español se dice “pasado mañana”.

Pasado mañana, entonces, el lunes 15 viviremos la llegada de un cambio climático: por primera vez -para modificar otra consigna- el peronismo unido puede ser vencido. Es cierto que ya perdió en las legislativas de 2009, 2013 y 2017 pero esta vez lo hace sin opciones peronistas y bajo el mando de un gobierno de coalición que navega sin rumbo. El último informe de investigación de opinión publica de Zuban, Córdoba y Asociados incluye una pregunta que refiere a lo estructural: “¿Considera que el peronismo es el mejor partido para salir de esta crisis?”: el 60,5% está totalmente en desacuerdo con esa afirmación y el 5,1% algo en desacuerdo. Por primera vez la mayoría rechaza otro supuesto histórico: que el peronismo es el único capaz de timonear tormentas.

“No es que no pudimos por incapaces, el mundo no ha podido por la pandemia”, dijo Alberto en el acto de cierre de campaña.

Quien se había comprometido con el catalán Antonio Gutierrez Rubi a instalar la campaña del “Sí”, dijo tres “no” en una sola frase. El catalán sonríe, complaciente: ya debe haber cobrado.

“Dejate de romper los huevos y goberná vos, este país es presidencialista”, le dijo esta semana a Alberto un gremialista de peso, muy crítico de Cristina. Alberto asintió, aunque es cierto que a todos les dice que sí. Mientras tanto se monta un operativo para que la presidencia se recueste en sindicalistas y gobernadores.

En los últimos días Alberto bendijo una convocatoria que prepara la nueva conducción de la CGT para celebrar el próximo 17 el Día de la Militancia. El calendario peronista recuerda en esa fecha el regreso de Perón a la Argentina luego de diecisiete años de exilio.

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“Es una marcha para apoyar a Alberto, porque la Cámpora se viene con todo”, le dice a Clarín un sindicalista que tiene buena sintonía con los K. La Cámpora, por su lado, sostiene que “la unidad no es un valor en sí mismo si no se redefine el sentido”. Sin eufemismos, creen que luego de la derrota debe surgir un gobierno distinto. Ellos se ven como los herederos naturales de Cristina, pero su trabajo territorial y el manejo de las cajas no se tradujo en votos hasta ahora. Máximo tenía fecha de asunción en el PJ bonaerense para el 19 de diciembre hasta que advirtieron que en esos días se cumplen veinte años del “Que se vayan todos”, y se pasó para marzo. Y aún así hay que ver qué dicen los intendentes, ya que una norma no escrita sostiene que si se pierde una elección hay que renunciar a la jefatura del partido.

El día después de mañana visto por Cristina es imprevisible aunque no incluye señales de ruptura.

“Necesitamos más como Manzur -dice la Jefa- Yo sé que quiere ser presidente, pero por lo menos tiene hambre, sale a comerse la cancha. Hay que sacar de una vez a los funcionarios grises”.

El Negro Manzur, por su parte, decidió partir en estos días a Tucumán: Jaldo, su reemplazo, quiere cambiarle la cerradura.

Dependerá de una mayoría que el país de pasado mañana empiece a ser distinto.

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