A pesar del blindaje policial y las denuncias de amenazas, vecinos de La Matanza marchan para pedir seguridad
Se manifiestan frente a la municipalidad, que amaneció vallada. Uno de los organizadores aseguró que fue intimidado por un asesor de Sergio Berni.
Tras el velatorio y el entierro de Roberto Sabo, el kiosquero asesinado el domingo pasado en el centro de Ramos Mejía, vecinos del partido de La Matanza se manifiestan en una “Marcha de las Velas" frente a la municipalidad de La Matanza, ubicada en la localidad de San Justo, que está totalmente blindada bajo un impactante operativo policial.
Desde temprano un enorme e inédito operativo se desplegó hasta allí y todo el centro de esa localidad quedó cercado por vallas ante la supuesta posibilidad de incidentes.
Bajo la consigna “Queremos vivir sin miedo”, la manifestación fue convocada por los vecinos de las 15 localidades que conforman el partido de La Matanza a participar “sin banderas políticas”.
Sin embargo uno de los organizadores, Daniel Bracamonte, aseguró cerca de las 15 horas que la marcha estaba suspendida debido a la "militarización de la zona" y porque denunció haber recibido llamados intimidatorios en el que lo responsabilizaban de cualquier incidente.
"Me llamó un asesor de Sergio Berni haciéndome responsable de cualquier cosa que pueda suceder en San Justo. Ante esto hice la denuncia penal y decidimos parar la manifestación de hoy y realizar una marcha nacional la semana que viene en la Plaza de Mayo", afirmó Bracamonte en diálogo con Radio Rivadavia.
"Queremos resguardar la integridad de la gente, lo que pasó el lunes fue solo una muestrita de lo que puede pasar hoy", agregó preocupado. A pesar de esas declaraciones, cientos de personas en las redes sociales afirman que van a participar igual.
Bracamonte se refirió así a lo que pasó el lunes pasado cuando una masiva marcha en Ramos Mejía contra la inseguridad terminó con incidentes entre un grupo de manifestantes y la policía que arrojaron gases lacrimógenos. Hubo tironeos por una bandera y un policía fue retirado herido.
A pesar de esas declaraciones, pasadas las 18 algunos vecinos empezaron a acercarse a la zona. Muchos de ellos familiares de víctimas de la inseguridad que decidieron expresar su dolor. Marta Flores (54) se abraza a la bandera que tiene la imagen de Alexis (19), a quien asesinaron para robarle la moto. Llora desconsolada mientras besa el rostro impreso de su hijo y arrodillada pide perdón "por no haberte cuidado".
Su sobrina Martina la levanta y la abraza. "Lo único que puedo hacer por mi hijo es venir a pedir justicia y descargarme con la porquería de intendente que tememos, que es peor que la Magario, que ya era una impresentable". Marta trabaja en la Municipalidad de San Justo, pero no le tiembla el pulso. "Asesinaron a mi hijo, lo que fue tan traumático que me vino un cáncer de cuello de útero y llevo nueve operaciones. ¿Vos te pensas que me importa alguna represalia?", dice agitada, y pide permiso para sumarse al minuto de silencio por las víctimas de inseguridad.
Las historias se repiten. María Eva (68) y Norma (42), madre e hija, sostienen sus velas con una mano y con la otra acompañan el ritmo del cántico de guerra contra Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza. "¿Esto es acercarse al pueblo? Cagón, delincuente. Es la primera vez en 50 años que no los voy a votar. Me llamo María Eva, peronista de toda la vida, pero este peronismo millonario, con dirigentes que nadan en la abundancia no me representa en nada. Siento asco y vergüenza".
A su lado, su hija Norma tiene ojos de furia e indignación. "Pienso en mi hija de 16 años que no sale a la calle, no quiere salir sola ni con su novio, no sabe manejarse en la calle, no pueden ir a una plaza. Me dice 'mamá, esto no es vida, me quiero ir', y me genera impotencia no poder ayudarla. Me banco no tener plata, pasar días muy ajustados, sin trabajo, pero estar encerradas después de una pandemia es humillante".
Hay un clima que se enrarece a medida que llega más gente, la noche asoma y el viento sopla. "Abri la plaza la p...que te parió" gritan con bronca y empalman con insultos unánimes para Espinoza. Y de inmediato "Seguridad, seguridad ". Como en la marcha del lunes en Ramos Mejía, hay mucha presencia de familias que vienen con sus pancartas y remeras pidiendo justicia por el ser querido perdido. "Querían bajar la marcha, quieren silenciarnos, prohibir prohibirnos la circulación. No lo van a lograr. La matanza está empezando a estar unida contra esos chorros que están del otro lado de la valla", señala la intendencia Marisol (35), que pendula una bandera argentina.
Este viernes, la municipalidad y todo el centro de San Justo apareció totalmente vallado. En algunas escuelas de la zona le pidieron a los padres que retiren a sus hijos de los colegios por sugerencia policial. Y los comercios y entidades bancarias que quedaron dentro del cerco no pueden atender al público.
"Es algo inédito, nunca visto", contó una vecina quien tuvo que ir a retirar a su hijo del colegio por pedido de las autoridades: "Cuando lo traje a las 7 de la mañana ya había mucho movimiento de patrulleros y policías. Más tarde, a las 9, nos llamaron para pedirnos que fuéramos a buscar a los chicos ya que así lo indicaban desde la policía bonaerense".
La mujer contó que nunca vio algo así: "Acá todas las semanas hay marchas y manifestaciones, pero es raro ver semejante cantidad de policías", destacó.
En las redes sociales muchos usuarios mostraron con videos y fotos el impresionante despliegue que comenzó desde bien temprano con un vallado que ocupó varias cuadras del centro de San Justo.
Del otro lado de la valla que se levantó a la madrugada y que recorre unos 200 metros sobre la peatonal Dr. Arieta, está la intendencia, pero en el medio están alineados varios cordones policiales. A través del enrejado se percibe movimiento y pegados a las vallas hay un policía cada tres metros sosteniendo la valla antes eventuales incidentes. La gente, que copó la peatonal, está más cerca del cerco perimetral. Hay insultos y chicanas de parte de los manifestantes que, por ahora, no pasan de allí, aunque la sensación térmica está cobrando efervescencia.
Hay una tensa calma y emerge el insulto contra la vicepresidenta Cristina Kirchner. La gente no se mueve, va y viene. Aumenta la presencia de.familias. "Que se vayan, que se vayan", se escucha como proclama. En otro sector una urna de cartón pendula en lo.alto de la muchedumbre. En rojo se lee: "14 N, ¡Basta. K. Fin".
"Si no hago esto me pego un tiro"
Una espontánea fila de siete, ocho personas abrazan a un hombre y le dicen "no aflojes, que Dios te bendiga". El hombre tiene una remera con el rostro de una chica y sostiene un pasacalles, el más grande , que reza "No más Zairas Rodríguez ". Es Claudio, su papá, que confiesa: "Si no hago esto, me pego un tiro. Yo viniendo acá, o a Villa Ballester o a Ramos Mejía cobro fuerza, energía... Mantener a Zaira viva, porque es lo que hago, me permite no ser un muerto vivo".
Se quiebra Claudio y extiende su mano al hombro de este cronista. "Tengo que frenar un poco, tengo dos hijos más, uno es Ciro, de 8 años, y su psicólogo me dijo que no lo lleve más a una marcha. El otro día Ciro me dijo: "papá, ¿cuándo te vas a sacar la remera de Zaira?'. Al otro día me hice otra con una imagen de Ciro que decía "te amo', y nos abrazamos". No puede seguir Claudio, pide un ratito.
Zaira era corredora de karting y estaba con su novio Nicolás Impiombato, también piloto, en la puerta de la casa de ella, cuando fueron asaltados por dos hombres que movilizaban en moto.
Uno de los "motochorros" amenazó a los novios con un arma de fuego para que bajaran una de las ventanillas, por lo que Impiombato arrancó a toda velocidad y embistió la moto de los delincuentes.
En ese momento, uno de los asaltantes comenzó a disparar contra el auto de la pareja y Zaira recibió un tiro en la cabeza, a la altura de su oído derecho. Esa herida le produjo la muerte cuando llegó al hospital policlínico Eva Perón (ex Castex) del partido de San Martín.
El crimen del kiosquero
Roberto Sabo fue asesinado alrededor de las 14 del domingo por un ladrón que ingresó a su kiosco, ubicado en Avenida de Mayo y Alvarado, en la zona comercial de Ramos Mejía.
Sabo, de 45 años, recibió cuatro balazos y murió en el acto. Por el crimen fueron detenidos un asaltante de 30 años, con antecedentes penales, acompañado de su novia de 15 años, embarazada de 4 meses.
Un testigo fue quien alertó a la Policía cuando el asesino salió del local y se fugó en un Ford Focus negro, que había sido robado minutos antes a un remisero que se encontraba por la zona.
En medio de la fuga, los dos ladrones que iban en el auto chocaron contra un árbol en el cruce de las calles Saavedra y Alvear, tras lo cual, ingresaron a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la vestimenta para no ser reconocidos.
Agentes de la comisaría 2° de Ramos Mejía, de la Subestación Oeste de La Matanza, fueron alertados minutos después que los mismos sospechosos le robaron la moto a un delivery, por lo que rápidamente iniciaron un operativo cerrojo que finalizó con la detención de la pareja en Avenida de Mayo y Rivadavia.
El crimen despertó una oleada de críticas al Gobierno por la "falta de seguridad" en la provincia de Buenos Aires, uno de los temas clave que se discuten en la antesala de las elecciones del domingo 14 de noviembre.