La policía presente se encontraba sin identificación, hubo tensión con los manifestantes y por momentos refriegas en las que los efectivos arrojaron gas pimienta, se pretendía que quiten el vallado y puedan transitar hasta la puerta de la comisaría sobre Avda. De Mayo.
Como se temía, la marcha organizada para reclamar seguridad tras la muerte del kiosquero Roberto Sabo (48) fue escenario de incidentes. Cerca de las 20.20 comenzaron a registrarse corridas con gases lacrimógenos y piedrazos en la zona comercial de Ramos Mejía (La Matanza, provincia de Buenos Aires).
Minutos antes el papá de la víctima se mostró entre la multitud, que se reunió de forma pacífica.
La Policía y la gente comenzaron a forcejear alrededor de unas vallas de contención. Los manifestantes pretendían movilizarse hasta una comisaría local, pero se montó un operativo para impedirlo. Los hechos tuvieron lugar en un área donde hay múltiples personas y comercios en riesgo de sufrir daños.
Uno de los instantes más duros de la tarde se generó cuando un efectivo policial le sacó la bandera a uno de los civiles presentes. Con el avance de los minutos, se sumaron al paisaje cacerolas y la cita -no ingenua- de algunos comunicadores que asocian esas escenas con el año 2001. El canto que se escucha de fondo es "que se vayan todos".