Del trapo que lo ayudó a entrar a los Oscar a su amor trunco con una brasilera: 60 hechos no conocidos de Andy Kusnetzoff
Se hizo conocido como el cronista irreverente y desenfadado de “CQC”. En la radio comenzó su transformación. Se enamoró, fue padre y le puso el pecho a la realidad cotidiana desde un lugar sensible. Hoy triunfa en la TV y es el dueño del rating de los sábados
1. Nació el 17 de noviembre de 1970.
2. Es hijo de Juan Carlos Kusnetzoff y Ester Chiche Buchholz, ambos psicoanalistas y sexólogos. Su hermano, Diego, es ginecólogo y administrador de empresas. Sus padres se separaron en 1994 luego de 30 años casados.
3. Como hijo de sexólogos, en su casa no se hablaba de sexo todo el tiempo pero sí reconoce que estaba más informado sobre impotencia, eyaculación precoz o frigidez.
4. A su abuela Esperanza solía contarle sobre sus novias y las chicas que le gustaban, y ella le aconsejaba con cuál quedarse.
5. La primera vez que apareció en los medios fue en la revista Padres, en octubre de 1975. Publicaron una foto suya en una nota sobre “Accidentes dentales en los niños”.
6. Llevaba una semana como alumno de primer grado cuando en marzo de 1977, en plena Dictadura, sus padres se exiliaron en Brasil. “No tenían militancia política, pero eran psicoanalistas, publicaban artículos, pensaban”, explicó Andy.
7. Cursó la primaria en ese país. Allá era Kutnezofi o el Loiro (rubio en portugués). También se hizo hincha del Flamengo.
8. Vivieron en Brasil desde 1977 hasta 1981. “Volver a Buenos Aires fue más duro que irme a Brasil. Cuando volví no sabía leer ni escribir en castellano. Para mí Brasil se convirtió en mi segundo país”. (Cosmopolitan, octubre, 1996).
9. Cuando Andy estaba en séptimo grado su papá fue a dar una charla de sexualidad a su colegio. Al hablar de masturbación propuso: “Levante la mano el que se masturba”. Y agregó: “Bueno, hijo, vos también podés ir levantando la mano”. Andy todavía recuerda ese momento, entre divertido y avergonzado.
10. Pasó por varios colegios secundarios y, aunque nunca lo echaron, sí tuvo amonestaciones y se llevó algunas materias.
11. En 1991 conoció y se enamoró de una brasilera y casi deja todo para irse allá. “Pero no coincidimos en un proyecto. Ella se fue a Estados Unidos. Ahora nos mandamos e-mails”.
12. Durante muchos años los domingos lo deprimían. “Hasta que descubrí el fútbol los domingos por la noche, y después el cine o las cenas con amigos. Eso me salvó”.
13. A los 11 años armaba un programa de radio en el living de su casa con casetes y micrófonos. También realizaba una revista, El tropezón, que escribía y editaba.
14. De adolescente, con sus padres vivió en un octavo piso frente al Zoológico. La campana que anunciaba el final del horario de visita lo entristecía.
15. Al terminar el secundario, sin una vocación definida, cursó diez materias del CBC lo que le permitían ingresar a la mitad de las carreras que ofrece la UBA.
16. Estaba interesado en Medicina, Kinesiología y llegó a completar primer año de Psicología.
17. Se recibió de periodista en TEA. Sus compañeros lo recuerdan desfachatado y caradura. Las chicas más lindas se rendían ante sus encantos, mientras que sus profesores cuestionaban su estilo canchero y sobrador, y no le auguraban futuro, al menos en la gráfica, porque la ortografía no era su fuerte: escribía en “portuñol”.
18. Un día llamó a Jorge Guinzburg para proponerle ideas para su programa Peor es nada. Tardó cuatro días en conseguir el teléfono, habló con él, pero todo quedó en la nada.
19. En octubre de 1991, y gracias a un contacto que le pasó su hermano, entró como asistente de productor comercial en La TV Ataca, de Mario Pegolini. Entre sus tareas estaba llevar a lavar el auto del productor general. Todas las noches miraba el programa y pasaba sus críticas como televidente. A los tres meses ya tenía un lugarcito asegurado.
20. Siguió como productor ejecutivo del programa El Rayo, que conducía Dolores Barreiro, y fue el notero desfachatado de Caiga Quien Caiga.
21. Su primera nota fue en el Zoológico porteño el día que nació un elefante.
22. Entre sus logros todavía se recuerda la vez que le preguntó a Fidel Castro para cuándo la próxima revolución, le gritó al presidente de Malasia “¡Sandokan, Sandokan!”, y le regaló paletitas de ping pong a Lady Di.
23. A Susan Sarandon le entregó lo que le aseguró era un “talismán de la suerte” -una imagen de Carlos Menem, por entonces presidente-, y la actriz ganó el Oscar. Le regaló a John Travolta una camiseta de la Selección y, en Bariloche, le ofreció un saco al Rey de España para que no tuviera frío.
24. Cuando vio a Renée Zellweger intentó darle su dirección de correo electrónico, pero ella no tenía, por lo que Kusnetzoff fue al hotel y le dejó al encargado de prensa un disco de música de CQC con una carta. A los 40 días le llegó una carta escrita a mano por la actriz, aunque sin sus datos. En 1999, Kusnetzoff se encontraba en la puerta de una fiesta en Nueva York donde sabía que estaba Zellweger y decidió colarse para volver a hablar con ella. Mientras la esperaba en la puerta, se largó a llover justo cuando salió la actriz. Andy le ofreció su saco para que no se mojara ni pasara frío y casi sube a la limusina que la esperaba. Pero Renée le dijo que no podía subir porque estaba de novia con Jim Carrey.
25. En la entrega de los Oscar de 1997 tenía una credencial para trabajar dos horas antes del comienzo del show. Expira el tiempo, intenta pasar a la ceremonia, pero como las credenciales correctas tenían un código de barras la encargada de seguridad le niega la entrada.
26. Andy le dijo: “Ya vuelvo”, y pegó en la credencial unos códigos de barra que sacó de unos repasadores que había comprado. Regresó a la entrada, la persona de seguridad escaneó el código... ¡y lo dejó pasar!
27. Habla perfecto inglés y portugués. Así nació el “cronista políglota” que desorientaba a los invitados preguntando primero en un idioma y luego en otro.
28. “Viví el menemismo a pleno, además, literalmente, porque al presidente Menem lo seguí por todas partes. Estuve con él en el Kremlim, en Rusia, en Anillaco, en Ushuaia, en los Estados Unidos”. (Revista Watt, septiembre, 2006).
29. De su época de notero de CQC recuerda que una de sus notas más difíciles no fue con mandatarios ni estrellas internacionales sino con Edda Bustamante. “Se me colgó, me agarraba y me tocaba. Me puso más nervioso que cualquier político”. Vivió una situación similar con Moria Casán. Como notero canchero intentó seducirla, pero La One le cambió el juego de seductor a seducido, y Andy “se fue al mazo”.
30. Cree en el sarabá, un método rápido que aprendió en Brasil para alejar la mala suerte. Se trata de un sacudón energético de la mano derecha que, se supone, espanta los malos espíritus.
31. En 1992, Andy tuvo apendicitis y Pergolini le mandaba saludos por La TV Ataca. “Ahí aprendí que mi objetivo era estar bien y ser feliz. Mi objetivo en la vida no es ni será ser un conductor exitoso de televisión”.
32. En el 2000 tuvo su programa propio en televisión, Maldito Lunes, en el que intentó llevar a la conducción todas las gracias que lo habían consagrado como cronista. El programa no tuvo la repercusión esperada y significó el primer traspié en su carrera. También fue la chispa que iba a encender la pelea con Pergolini.
33. “Me quería ir de (la productora) Cuatro Cabezas porque la pasé mal y no por Mario”, contó Andy en una entrevista con Elizabeth Vernacci. “Cuando hice Maldito Lunes me peleé con todos y sentí que me trataron como el orto. Ese programa me quedaba grande, después de eso aprendí”, reconoció.
34. Al año siguiente, Andy se negó a formar parte del regreso de CQC y ahí empezó el roce fuerte con Pergolini. Le dijo que no quería estar toda la vida ligado a Caiga Quien Caiga y que iba a hacer radio, pero en AM. “¿Por qué en AM?”, preguntó Mario, por entonces al frente de Cuál es? en la FM Rock & Pop. “Para no tener problemas con vos”, contestó Andy.
35. La tregua duró solo el 2001, en el que Andy estuvo en Radio Mitre haciendo Tarde de perros. Al año siguiente, llegó la aventura de Metro. “Le conté a Mario que me iba a la FM y que iba a competir con él, entonces me dijo: ‘Te voy a hacer mierda’. El primer año fue así, pero después le di bastante batalla y fui aprendiendo”, recordó Kusnetzoff.
36. No quería conducir el reality El Bar pero le quedaba un año de contrato con Cuatro Cabezas y tuvo que aceptar. El ciclo significó una frustración constante para Andy. “Me generaba tanta angustia conducirlo que me masturbaba antes de grabarlo”; confesaría años más tarde.
37. Detesta la palta, odia la coliflor y el brócoli.
38. Fue pareja de la actriz Jazmín Stuart y de la modelo Florencia Fabiano.
39. Desde 2014 está en pareja con la productora Florencia Kourny Suárez, 15 años menor que él. “No me daba bola y conquistarla fue muy difícil”, reconoció. En agosto de 2016 fueron padres de Helena. Este año nació León.
40. “A mí me gusta el tipo de chica que es autosuficiente y que está tranquila. Si encuentra alguien especial, se enamora, pero no está a la pesca. Me cuesta más estar de novio, comprometerme, compartir, que estar solo”. (Cosmopolitan, octubre, 1996).
41. Le gusta ir al cine y al teatro, pero no a bailar. Otra de sus actividades favoritas es jugar fútbol con amigos y ver a Boca.
42. No soporta que le pidan anécdotas o que cuente cómo son los famosos. “Si trabajara en un banco, nadie me preguntaría cómo es mi jefe”, argumenta.
43. En su casa solía tener muchas velas que prendía para relajarse. Sus amigos lo llamaban “el velódromo”.
44. “Por principios nunca le di cámara a (Aldo) Rico cuando estuve en CQC. No sacaría a ningún hijo de p... que haya tenido que ver con la dictadura militar”. (Ahora, abril, 2002)
45. Su golosina favorita es el chocolate Jack y durante mucho tiempo sus programa preferido fue El Zorro.
46. No hizo el Servicio Militar por tener espina bífida.
47. Antes de empezar a trabajar en la televisión vendió circuitos cerrados de televisión y cámaras de seguridad.
48. “Amo los campamentos, me fascinan. Fui a miles cuando era chico. Me encanta cocinar, hacer el fogón, bañarme en el laguito”. (Cosmopolitan, octubre, 1996).
49. Realizó un curso de cocina de tres meses, pero se equivocó y en vez de anotarse en uno de cocina básica se anotó en otro de alta cocina. Tenía que elaborar platos como terrina de vegetales o caldo de ave que no le salían. Logró una sola especialidad: prepara un excelente sambayón.
50. “No me gusta dar notas. No me relajo en las notas, soy así. Yo pienso lo que va a quedar publicado. Siempre”. (Ahora, julio, 2003).
51. Convencido de que el humor cura, en el programa de radio propuso un concurso que ganaba la persona “con el quilombo más grande”. Llamó un chico con cáncer que estaba en un hospital.
52. Luego de escucharlo, Andy le dijo: “Tengo dos noticias. Una buena y otra mala. La mala es que estás en el hospital y la buena es que ganaste el juego”. El oyente, lejos de enojarse, estalló de risa.
53. Entre sus truchadas admite que una vez le dio dinero a un policía para que lo dejara entrar al estadio de River y ver el recital de Rod Stewart.
54. Hacía foniatría tres veces por semana.
55. Inquieto, suele leer dos libros al mismo tiempo porque se aburre.
56. Asegura que para enamorar a una mujer “hay que tener sentido del humor”. “Si ella se ríe, está todo bien”, dice.
57. “Soy tímido pero bastante extrovertido la hora de hablar. Lo que no me gusta es exponerme en vano. No actúo ni me gusta actuar. Tampoco llamar la atención. Y cuando trabajo no tengo miedo de quedar como un tarado”. (La Prensa, agosto, 1995)
59. Aprendió a tocar la guitarra de grande: “Quería hacerlo desde los 17″. Entre sus materias pendientes está aprender un arte marcial y realizar un viaje durante unos meses por Europa.
60. “Choqué un par de veces, la verdad. No fue fácil, en ese momento pasé de cero a cien a los 24 años, a entrevistar a Fidel Castro, a colarme en los Premios Oscar. Nadie me dio el formato, yo fui descubriendo a ese personaje y todo esto está en algún lugar, pero está bueno que no te domine eso. Por suerte a mí me pasó hace mucho y no tengo el problema que tienen muchos que es que se hacen conocidos de grandes, y se marean. Yo ya pasé esa etapa, ya la choqué, ya crecí y la tengo del otro lado. Marearse de grande es más jodido, puede ser medio patético, estás con tus amigos, y te dicen: ‘Pará flaco, ¿quién sos?’. A los 25 no pasa nada: si sos medio boludo un rato, se puede arreglar”. (Infobae).