La semana pasada el municipio ha instalado en la esquina de Gregoria Matorras y Baigorria un tremendo lomo de burro con la intención de lograr que los automovilistas no tomen la avenida como una pista de carrera.
Más allá de debatir la conveniencia o no de este tipo de estructuras, lo cierto es que seguramente los vecinos lo deben de haber pedido y el municipio lo hizo.
Lo que no hicieron es hacerlo bien.
Los carteles de advertencia están a 3 metros de la estructura, cuando los ves ya estás llevándote por delante el lomo de burro y sacando turno para arreglar el auto.
Y de noche, como está hecho de color negro, imposible verlo. No se han tomado el trabajo siquiera de pintarlo con pintura refractante para evitar accidentes a motos, ciclistas o automovilistas.
Increible, no se puede creer que no sean capaces de hacer bien un simple lomo de burro.