En el marco de un conflicto gremial que involucra al Sindicato municipal de Saavedra Pigüé y el Departamento Ejecutivo, los trabajadores han decidido una huelga general que se inició el miércoles y se extenderá hasta el próximo lunes inclusive ya que el municipio aduce no poder satisfacer el pedido de los trabajadores por falta de fondos.
Todo esto se enmarca dentro de un normal tira y afloje entre las partes, pero lo que resulta absolutamente inadmisible es la bravuconada transformada en amenaza emitida por el secretario general del Gremio, Rubén Batista, quien amenazó a los funcionarios anunciando que “falta poco tiempo para que tomemos la Municipalidad y caguemos a trompadas a los funcionarios”.
Una barbaridad propia de bravucones que con una pequeña cuotita de poder se creen que pueden saltear las normas civilizadas en las que debe moverse una sociedad.
Batista, un reconocido militante kirchnerista, flaco favor le hace a su partido con este tipo de actitudes de patoteros y matones, quizás enfervorizado por hablar desde una tarima y creer en un liderazgo del que carece.
Ante esta actitud repulsiva, los concejales oficialistas y la agrupación Juntos denostaron esta actitud y el intendente Gustavo Notararigo, en conferencia de prensa afirmó que denunció al STM por las amenazas manifestadas ayer y que pidió la conciliación obligatoria ante el Ministerio de Trabajo. “No podemos dialogar bajo amenazas y aprietes” enfatizó Notararigo quien también aseveró “No pueden decir que estamos administrando mal porque estamos dejando todo. La administración pasa por nosotros y vamos a tomar las decisiones porque a los que puso la gente a gobernar es a nosotros”.
Por último, Notararigo opinó “Esto tiene otro tufillo… y no se puede poner a la gente de rehén por una cuestión política”, en clara alusión al llamado que hizo Néstor Batista, previo a las PASO, para que los afiliados al STM votaran a la lista 2 del Frente de Todos.