Para el regreso a las sesiones presenciales en el Senado, Cristina Kirchner estuvo a tono con el acontecimiento. Tras un año y medio de funcionamiento virtual de la Cámara alta, la vicepresidenta eligió lucir un cinturón Louis Vuitton, modelo Glory. El accesorio cotiza a 710 dólares o su conversión a cerca de 130 mil pesos argentinos, cotización blue.
En su función de presidenta del Senado, Cristina tomó asiento para abrir la sesión a las 14.24 de este miércoles. Fue allí el primer momento cuando su accesorio de lujo pudo verse en la trasmisión oficial desde la Cámara. Minutos después la pieza volvió a lucirse mientras la vicepresidenta cantaba el himno que daba el puntapié al trabajo legislativo.
En la página web de la marca, se enorgullecen de la pieza accesoria. "Este cinturón reversible LV Glory de 30 milímetros destaca la exquisita artesanía de la casa", describen.
"Cuenta con un diseño reversible con tela Monogram en un lado y piel de cordero suave en el otro, lo que permite dos looks sin esfuerzo. El efecto de guilloché producido por expertos en la hebilla de LV Initials asegura un acabado llamativo", detallan en la web de Louis Vuitton, donde hay malas noticias: el accesorio está momentáneamente agotado.
Destaca la hebilla, de herrajes en color dorado, con el logo inconfundible de LV initials.
Así y todo, Cristina Kirchner no lo lució tanto. Si bien la sesión se extendió más de cinco horas, la vicepresidenta dejó el comando del cuerpo legislativo en manos de la santiagueña Claudia Ledesma Abdala a las 15.08 y no regresó.
La presidencia del Senado rotó entre ella y Maurice Closs, quien la reemplazó en un período en el que tampoco estuvo presente quien debería haberla sucedido: Martín Lousteau.
44 minutos en una sesión de 5 horas
En total, fueron 44 minutos de Cristina en acción en el Senado; 38, si se descuentan los tiempos protocolares del himno y el izamiento de la bandera, que delegó en la senadora Norma Durango, de La Pampa.
No obstante, la vicepresidenta se las ingenió para dejar su propia marca en la jornada. Y no fue sólo estética. Casi en una emulación de Sergio Massa en la fallida sesión de Diputados, la vicepresidenta no llegó a tomar lista pero sí repasó y remarcó la cantidad de senadores ausentes, en especial, de la oposición.
"Les quiero informar que contamos con 62 senadores y senadores presentes. Hay un senador ausente del oficialismo, otro senador del oficialismo con licencia autorizada por este cuerpo y de los diez ausentes, ocho son de la bancada opositora", remarcó, Cristina algo confusa con los números: las ausencias totales eran 11, aunque el opositor Lousteau se integró demorado a la sesión.
Los ausentes de Juntos por el Cambio fueron el jefe del interbloque, Luis Naidenoff (contagiado de Covid), Martín Lousteau (CABA, quien llegó más tarde), Pedro Braillard Poccard (Corrientes), Oscar Castillo (Catamarca), Gladys González (PRO), Ernesto Martínez (Córdoba), Claudio Poggi (San Luis) y María Belén Tapia (Santa Cruz), y por el Interbloque Federal, su líder, el salteño Juan Carlos Romero.
Por el Frente de Todos solo faltó el pampeano Daniel Lovera. Mientras que el senador oficialista con licencia no es otro que José Alperovich, investigado por denuncias de violación.
La vicepresidenta de la Nación tuvo otro momento destacado en la jornada legislativa en la que se trató -en su presencia- el rechazo al decreto de Chile por la cuestionada extensión geográfica de la plataforma continental y -en su ausencia- el rechazo a las cuentas de Mauricio Macri en 2016 y el día nacional del kimchi coreano, entre otras.
Fue cuando trató de "gallinas" a los senadores opositores que hacían bullicio mientras ella consultaba si había alguna cuestión de privilegio antes de arrancar a legislar.
Su breve presencia no pasó desapercibida. Se lo remarcó la opositora Laura Rodríguez Machado, horas después de que Cristina se fuera. "Abre la sesión, canta el himno, se queda un ratito y se va. Nunca se queda", le reprochó, en un discurso particularmente duro.
Cristina, no obstante, tuvo su tiempo para lucirse.