Es una queja recurrente de los vecinos que tienen sus hogares en el Pasaje de las Américas y pese a los reiterados reclamos, que superan los 10 años, no han encontrado solución.
Vivir entre las aguas servidas, soportando olores nauseabundos y expuestos a las graves consecuencias de salud que puede traer aparejada la presencia de esas aguas contaminadas en la puerta de los hogares es algo que ningún vecino merece.
Entonces, ¿por qué no se soluciona? ¿Es un problema estructural difícil de solucionar o es desidia y desinterés?
En los próximos días se conocerá la respuesta
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