Por falta de vocaciones, la congregación Siervas de Jesús cierra sus puertas en Bahía
Tras 85 años de fe y labor humanitaria en beneficio de enfermos y necesitados, las hermanas se ven obligadas a tomar nuevos rumbos por la escasez de religiosas.
La congregación Siervas de Jesús tras 85 años de desarrollar una encomiable labor humanitaria y llena de misericordia, deberá cerrar sus puertas por falta de religiosas.
Las hermanas Sor María Silvia Castro Parra, Sor Ana María Zabaleta Villa, Sor Beatriz Calvo Fernández sienten una profunda angustia de abandonar un espacio que las acogió por tanto tiempo y donde pudieron llevar adelante el milagro de la vocación, cuidando enfermos y necesitados a domicilio.
Luego de varios años de misionar con la fe como insignia y no cesar, aún en tiempos donde arreció la pandemia, la dura realidad hoy las obligó a tener que contemplar nuevos rumbos.
Zabaleta Villa y Calvo Fernández arribaron desde España, tras cortar con las raíces y renunciar a su hogar con el fin de embarcarse en el poder movilizador de la creencia religiosa.
“Es lamentable pero ya no las vamos a tener y vamos a ver la casita cerrada. Las que están ahora vuelven a su tierra, a la sede en España y van a estar cerca de sus familiares; y la madre no se sabe todavía cuál es su destino”, explicó a Orquídea Marinozzi a Telefe Noticias.
Sor María Silvia Castro Parra, con un semblante apesadumbrado, manifestó que cuesta abandonar la ciudad y dijo sentirse “muy apreciada” por la comunidad local.
La hermana explicó que la decisión se tomó por falta de vocación debido a que hay escasez de religiosas para acompañar su misión humanitaria.
“Mis dos hermanas que tengo, una de 92 y otra de 87, prácticamente de lo que estábamos viviendo era de la jubilación de ellas. Así que ellas se van de vacaciones y se quedan en España”, expresó.
Mientras que Sor Ana María Zabaleta Villa remarcó que con esta partida “se siente el alma triste hasta la muerte”.
“Hay que irse, no hay otra porque no entran hermanas. Estamos con harta tristeza porque Bahía me cuidó a mi abuelita, me cuidó a mi papá”, sostuvo con un dejo de emoción en su timbre de voz.
Por último, Sor Beatriz Calvo Fernández lamentó tener que abandonar una localidad que adoptó en su corazón
“A mí me da mucha pena salir, pero somos tres hermanas solas y ¿qué hacemos en Bahía Blanca? Tenemos que irnos y yo me voy a ir a mi patria. A la edad que tengo, antes de ir a una casa nueva, prefiero ir a mi tierra”, finalizó.