Lo que empezó como un intento de esmerilamiento definitivo a la figura del presidente Alberto Fernández va convirtiéndose con el paso de las horas en un evidente cuestionamiento al poder Cristina Fernández de Kirchner. Se está debilitando su aurora de una figura implacable y temida por sus pares. “La principal accionista del Frente de Todos no le puede cambiar el Gabinete a un presidente derrotado”, sostienen entre los gobernadores.
La segunda jornada de indefiniciones agudiza la crisis en el seno de un oficialismo que sigue sin encontrar una solución política. Es más, esta peor que ayer. “Si se queda Santiago Cafiero pierde Cristina y si se va es una derrota de Alberto”, dicen voceros del peronismo. La posibilidad de buscar una fórmula de consenso parece alejarse a pesar del fantasma de crisis institucional.
Y encima las chances de Sergio Massa de desembarcar como jefe de Gabinete quedó en suspenso por ahora. El presidente no lo quiere ahí y Cristina no está tan convencida, más allá del respaldo de Máximo Kirchner al presidente de la Cámara de Diputados. El massismo ha optado por quedarse en el medio de la grieta en el FDT a la espera de un panorama más claro y la relación de fuerzas internas.
La situación de Eduardo “Wado” De Pedro empieza a ser estratégica. Su salida parece inminente y el jefe de Estado busca figuras para ese reemplazo. Se habla de Juan Manzur o de Sergio Uñac, los gobernadores de Tucumán y San Juan. “Alberto resiste y pide apoyos en el peronismo”, dicen en el oficialismo. Desde la Casa Rosada lanzaron ayer una movida para conseguir más volumen político para resistir a CFK y a La Cámpora. La cuestión es que muchos ahora no le creen pero están obligados a respaldarlo por sus diferencias con el cristinismo.
Desde el albertismo aseguran que La Cámpora se va del gobierno. Fernández sugiere la audaz operación de armar un gobierno sin los K. ¿Será que le dice a los gobernadores, intendentes bonaerenses y sindicalistas lo quieren escuchar? Manzur sería el operador para acercar respaldos y eventuales reemplazos en el Gabinete. Pero el jefe de Estado carece actualmente de construir gobernabilidad cuando el establishment del PJ se lo venía reclamando desde el primer día de gestión.
La gobernabilidad sigue en riesgo. Lo único que le juega a favor a Fernández es el desgaste que está sufriendo Cristina y el camporismo a medida que pasan las horas y no logran su objetivo. La vicepresidenta también teme por sus causas judiciales por eso no renunciaron los funcionarios vinculados a esa área, como Carlos Zannini, procurador del Tesoro. Pero en Comodoro Py cambió el ánimo desde el resultado del domingo y sigue mejorando ante estas escenas explicitas de despoder.