Prevención del suicidio: "La persona no quiere quitarse la vida, busca quitar el sufrimiento"
Por su impacto el suicidio constituye un importante problema de salud pública a nivel mundial. El cual debe abordarse de forma articulada entre todas las instituciones de la comunidad. ¿Cuáles son las claves para prevenir y acompañar?
El suicidio es un tema que requiere un abordaje comunitario y responsable. Es un problema de salud pública a nivel global, ya que más de 700 mil personas se suicidan cada año en el mundo y hay más muertes por suicidio que por guerras y homicidios juntos, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
En Argentina rige la Ley Nº 27.130/2015 de Prevención del Suicidio, la cual establece como esenciales las acciones de prevención, asistencia y posvención (intervenciones luego de un suicidio consumado). Esta problemática nunca debe abordarse en solitario, sino en forma interdisciplinaria y con la intervención de los diferentes sectores involucrados (salud, educación, seguridad, desarrollo social, comunicación).
Del suicidio sí se habla
Desde la Dirección de Salud Mental y Adicciones explican cómo empezar el camino de la prevención: “Hablando de suicidio. Poner el tema sobre la mesa no induce al suicidio; por el contrario, ayuda a identificar distintos niveles de riesgo, lo que permite poder abordar las situaciones en forma oportuna. Cuando hay pensamientos relacionados a quitarse la vida, poder hablar de eso con una persona de confianza o un especialista en salud mental, disminuye la angustia, alivia la ansiedad y abre posibles vías de solución. Por eso, siempre decimos: del suicidio sí se habla”.
"En los últimos 2 años hemos notado un aumento significativo en el abordaje en nuestra guardia y UTis de intento de autoeliminación. Como así también una baja en la edad”, comparte la licenciada Virginia Abihaggle, jefa de servicio de salud mental del Hospital Central.
La licenciada añade que durante la pandemia, principalmente al inicio de 2021, han notado “un aumento que los casos con ingreso por guardia han sido de aumento significativo. Al igual que el aumento de consumo de sustancias que está en relación con los pasajes al acto”.
Si bien aún se encuentra en investigación el impacto de la pandemia en la vida de las personas, “en Mendoza se ha visibilizado también lo que bibliografía internacional y nacional ha arrojado sobre los datos en relación al incremento del padecimiento psíquico: aumento de ansiedad, depresión, problemáticas de consumo, como así también aumento de la violencia de género y violencia intrafamiliar”, explican desde el Área de Prevención y Capacitación de la Dirección de Salud Mental y Adicciones Mendoza.
Otro punto que ha influido en el aumento de intentos de suicidio, es que durante la pandemia se han incrementado los factores de riesgo y disminuidos los factores protectores. “La pérdida financiera por baja de trabajos formales e informales ha provocado estragos en las familias, y se ha convertido en una fuente de sufrimiento importante”, aclaran.
Por otro lado, está el daño que el periodo de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y luego Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio provocó en muchos jóvenes que no pudieron relacionarse activamente con su grupo de pares y cuyos vínculos se vieron interferidos. En esos casos, “el estrés y la angustia ha sido predominante”.
“La falta de resolución de problemas que implican los tiempos lógicos de ver, comprender y concluir, lo cual involucra tiempo, ensayos mentales, compartir con otros, ha estado obstruido por múltiples razones por lo cual, en muchos casos las `resoluciones´ del sufrimiento ha sido la autolesión, muchas veces de forma fatal”, sostienen desde Salud Mental de la provincia.
Cuando una persona tiene pensamientos suicidas, muchas veces no busca ayuda por el estigma que se asocia a esta temática. La vergüenza de contar que se está atravesando por una situación así, como también otros sufrimientos de salud mental, frena la búsqueda de apoyo en las personas cercanas o en profesionales de salud mental.
A la vez, cuando un suicidio se consuma, el impacto es enorme en la familia, en las personas allegadas y en la comunidad. Es primordial el acompañamiento, la orientación; es importante el trabajo de elaboración de duelo, que no quede silenciado, sin estigmatizar ni psicopatologizar.
Tal vez puede llevar tiempo hasta encontrar las personas de confianza, algún profesional o respuestas posibles ante la resolución de situaciones sufrientes. Por eso, el suicidio puede prevenirse en la mayoría de los casos: así como hay tratamiento para los sufrimientos físicos, también lo hay para el padecimiento mental, ya que la salud es integral, una sola.
Entre los factores de riesgo más importantes, además de los anteriormente mencionados, están los distintos tipos de violencias: de género, intrafamiliar, bullying, grooming, abuso sexual, discriminación y/o segregación (por diversidad sexual, color de piel, pobreza), las problemáticas de consumo y los padecimientos psíquicos no tratados, entre otros.
Pedir ayuda, es la clave. Poder ayudar, es fundamental
La doctora Alina del Canto, Coordinadora del área de prevención y capacitación de la Dirección de Salud Mental y Adicciones Mendoza y quien dirige el equipo de la línea 0800, cuenta cómo es ese primer contacto telefónico que ayuda a salvar vidas.
En principio, aclara del Canto, “hay que tener en cuenta que las personas se pueden comunicar por diversos motivos, como situaciones de mucha angustia y sufrimiento, conflictos laborales o familiares”.
“Al atender la llamada nosotros nos presentamos y le consultamos a la persona en qué lo podemos ayudar”. En ese momento entra en juego “la escucha activa, sin interrupciones del relato. La mayoría de las personas cuenta que hace tiempo necesitan hablar”, por tal motivo se le brinda el espacio para que exprese todo aquello que piensa y siente.
La coordinadora de la línea de ayuda afirma que es en ese relato que las personas suelen manifestar la idea de no querer vivir más. “En esto puntualizamos el nivel de riesgo, si hay un riesgo suicida inminente trabajamos de manera rápida para poder acompañarlo con profesionales, si es necesario nos comunicamos con el 911 u otro efector de salud”.
Alina del Canto agrega que en la conversación el agente encargado de acompañar de manera telefónica a la persona que busca ayuda, intenta conocer cuáles son los factores protectores de la persona, “muchas se alivian al comprender que cuenta con el apoyo de amigos o familiares”, afirma.
El objetivo principal de este acompañamiento es que la persona se familiarice con la idea de recibir ayuda en salud mental, “todos podemos en algún momento de nuestras vidas tener ideas o pensamientos suicidas por eso la importancia de no estigmatizar ni juzgar, sino escuchar y hablar con la persona”.
Si bien no existen fórmulas matemáticas a la hora de brindar una recomendación o una palabra para prevenir un suidicio, del Canto destaca que hay algo clave que se debe tener en cuenta: “En la mayoría de los casos la persona no quiere quitarse la vida, sino que busca quitarse el sufrimiento” que las agobia. Por ello, cuando se habla con una persona con ideas de suicidio es importante hacer hincapié que “para el sufrimiento hay solución y se alivia a través de tratamientos oportunos que brindan la ayuda necesaria en corto plazo”, recomienda la profesional.
Hay que tener en cuenta que la prevención del suicidio implica la articulación de los distintos dispositivos comunitarios; la asistencia, a través del reforzamiento del circuito de atención ante la evaluación de riesgo suicida; y la posvención, ya que cuando ha habido un suicidio consumado es importante no silenciar. Es primordial un acompañamiento, contención y orientación a las familias y a otras personas allegadas.
Como prevenirlo
Reconocer los signos de alerta:
Aislamiento
Persistencia de ideas negativas
Dificultad para comer, dormir y trabajar
Desesperanza
Llanto inconsolable
Repentino cambio de conducta
Mostrar interés y apoyo
Respetar las diferentes expresiones de sentimientos.
Eliminar prejuicios. El suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento.
Teléfonos útiles
En Buenos Aires
Línea gratuita 0800 222 5462