Máximo Kirchner destrozó a Alberto Fernández y a su entorno de confianza
Máximo Kirchner no tuvo contemplaciones con el presidente Alberto Fernández y su entorno de confianza durante el almuerzo que compartió el lunes con cuatro dirigentes sindicales de la CGT. Dardos contra Vitobello, Biondi y Cuberos. Preocupación de sus interlocutores por la dureza del diputado.
“Alberto ha cometido errores que nos pueden costar muy caro en las urnas”, dijo Máximo Kirchner el lunes en el almuerzo que mantuvo junto al ministro del Interior, Eduardo De Pedro, con los dirigentes sindicales Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). El jefe de La Cámpora no tuvo contemplaciones con el presidente a la hora de analizar el funcionamiento del Gobierno nacional y especialmente la intimidad de la Quinta de Olivos, según admitieron fuentes confiables.
Es sabido que la dirigencia sindical cegetista se ha mostrado en todo este tiempo más cerca del jefe de Estado y percibe que Cristina Fernández de Kirchner no confía mucho en ellos. Por eso la sorpresa fue mayúscula cuando el diputado Kirchner comenzó a criticar duramente a Fernández y a su entorno más íntimo. Se fueron preocupados porque, en base a su dilatada experiencia, se ven venir una crisis política si se llevan a confirmar en las urnas los malos presagios para el Frente de Todos.
Según los trascendidos, Máximo apunto sus dardos contra el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, su número dos Miguel Cuberos y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi. El Olivosgate fue el desencadenante del malestar encubierto de los Kirchner. Desde hace tiempo Cristina venía cuestionando al presidente y a su entorno por la información que recibía respecto a “cierta ligereza y pocos recaudos” en la intimidad de la Quinta de Olivos.
De todas formas, el presidente del bloque de diputados del FTD les transmitió a sus interlocutores sindicales que la intención de la expresidenta apuntará a “blindar” la figura de Fernández para asegurar la gobernabilidad y llegar en mejor forma a las elecciones generales de noviembre. “Todas sus definiciones nos sonaron a que se viene un intento de avanzar sobre el Gobierno y la autoridad de Alberto”, comenta uno de los sindicalistas.
“Nos fuimos con la sensación de una mayor radicalización y nos pinchó el globo de implementar cierta moderación para bajar la incertidumbre”, agrega el vocero. Si bien el motivo del almuerzo fue para bajar los ánimos caldeados de la CGT porque no los tuvieron en cuenta en el cierre de listas, pero se quedaron preocupados porque Máximo se mostró duro respecto a la negociación con el FMI y así no ven que el eventual reemplazo de Martín Guzmán en el Ministerio de Economía pase por un perfil como el de Martín Redrado, quien entusiasma al mundo del sindicalismo tradicional.