Durante los dos primeros años de gobierno de Alberto Fernández se avanzó notablemente en la regulación del uso del cannabis para fines medicinales y ahora con media sanción en el proyecto para su uso industrial. Recientemente se realizó la primera encuesta nacional sobre cannabis con una participación récord de más de 64 mil personas. El trabajo lo llevó adelante la revista de cultura cannábica THC, el Centro de Estudios de la Cultura Cannábica Argentina (Cecca) con el acompañamiento de la Licenciatura de Historia de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Los resultados preliminares muestran que 8 de cada diez hace un uso recreativo de la marihuana.
En No cantes victoria quisimos profundizar sobre los resultados preliminares con Emiliano Flores sociólogo y director de la Primera Encuesta Nacional de Personas que Usan Cannabis. Este relevamiento es clave para entender "la relación que tienen los argentinos con la marihuana". El objetivo es que las conclusiones estén listas para octubre cuando se realiza la II Expo Cannabis de Buenos Aires, pero ya se conoció un informe preliminar con los primeros datos.
En la encuesta participaron más de 64 mil personas de 16 hasta 92 años desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. Se consultó por los distintos fines para los que se consume cannabis y allí se vio que ese "traje de ilegalidad" que aún viste el uso recreativo o adulto es de hecho el mayoritario con el 82,4% (52.325 personas). "Esta proporción cambia un poco en la franja centro de nuestro país está entre el 82 y 84% y, por ejemplo, en la patagonia o zona norte baja al 75% y crece el uso medicinal".
Las personas que consumen cannabis con motivos medicinales abarca al menos tres casos: para el uso propio, para terceros o para mascotas. El director de la encuesta reconoce que fue una sorpresa que se utilizara para animales. "Creo que fue un experimento para ver más qué pasaba, pero lo cierto es que personas de todas partes de Argentina reconocieron hacer un uso medicinal del cannabis para sus mascotas y aunque sea en una proporción muy baja (0,4%) indudablemente se da".
La encuesta se hizo online, entre el 11 de noviembre y el 11 de diciembre de 2020 a personas mayores de 16 años que viven en Argentina. Allí se pudo ver que el 13,5% consume cannabis con fines medicinales propios, el 3,7% tiene marihuana para el uso terapéutico de un tercero y el, 0,4% para su mascota.
Por otra parte, en aras de conocer mejor el vínculo de los argentinos con la marihuana se consultó el formato en el que la consumen, "Si es prensado o cogoyo, aceite o crema". Se sondeó a su vez el uso de otras sustancias ilegales para ver cómo estaba el policonsumo. Aunque no puede revelar los datos porque se están procesando, el sociólogo aseguró que no se evidenció que el cannabis fuera "la puerta de entrada" a otros consumos. Sin embargo, "es cierto que lo encontraron más relacionado al tabaco y al alcohol".
"La propuesta fue conocer la relación que tiene la sociedad argentina con el cannabis y los mecanismos implícitos de regulación que efectivamente existen para que no sea un descontrol absoluto" aseguró Flores. En esa dirección se consultó sobre la forma de acceso a la marihuana y mayormente se de a través del "autocultivo personal o colectivo". Luego "alrededor del 50% tiene lugar en el mercado de compras" y se está estudiando cómo se modifica este acceso "según la edad y el género entre otras variables".
Si bien no se realizó una pregunta específica sobre adicción, se indagó sobre "la aparición de algún problema asociado al consumo de cannabis. y el resultado fue muy bajo, menor al 5%". Esto es muy importante porque a pesar de que científicamente no hay ningún argumento de que esta sustancia genere dependencia, es un discurso que se repite con frecuencia.
"La muestra de 64.646 personas que respondieron la encuesta es un número importante teniendo en cuenta que se trata de una población tan específica" aunque en números oficiales "calculan que existe 1 millón y medio de personas en Argentina que usan cannabis con distintos propósitos". Como director de la encuesta, Flores cuenta que "lo que nos sorprendió fue el nivel de capilaridad a lo largo y a lo ancho del territorio. Pero también en cuanto a la edad dónde tuvimos un continuo entre los 16 y los 88 años, incluso la persona más grande que contestó tenía 92". Por lo que entre estos y otros datos "concluyeron en que hay una transversalidad a todas las edades, lugares e ideologías de gente que se relaciona con el cannabis".