El Olivosgate hace estragos en la intención de voto del Frente de Todos en el Gran Buenos Aires
Crece la preocupación entre los Barones del GBA porque el Olivosgate y la crisis económica están haciendo estragos en la intención de voto del oficialismo. Una encuesta presencial realizada en Quilmes indica que el Frente de Todos ha perdido 10 puntos en 90 días y 20 en relación a 2019.
Si bien ya se percibía una tendencia a la baja en la intención de voto del Frente de Todos en el corazón del conurbano bonaerense, el Olivosgate parece estar haciendo estragos en la competitividad electoral de las boletas del oficialismo. La mayoría de los Barones del Gran Buenos Aires no ocultan su preocupación por la caída de la lista de diputados nacionales que lidera la platense Victoria Tolosa Paz.
“No va a ser fácil evitar que el mal momento del presidente Alberto Fernández nos arrastre para abajo las listas seccionales y hasta de concejales”, dice con pesimismo un intendente del Oeste de la Primera Sección Electoral. “Todavía no sabemos hasta donde puede avanzar el escandalo para poder determinar el daño electoral en nuestros territorios”, acota un puntero del GBA profundo.
El mejor ejemplo son los números que se conocieron en las últimas horas del municipio de Quilmes enclavado en el corazón de la Tercera Sección Electoral, donde se encuentra el voto más duro del kirchnerismo. De acuerdo a una encuesta presencial realizada por el oficialismo Tolosa Paz tiene un 35,8% de intención de voto, contra el 14,9% de Diego Santilli y el 4,9% de Facundo Manes, Nicolás Del Caño con 4,4%, Florencio Randazzo 2,6% y José Luís Espert 2%.
El oficialismo se sigue imponiendo por 15 puntos de diferencia. Sin embargo, los responsables de esta medición destacan que en el sondeo hay un voto oculto de 19,7% y que muchos no son indecisos sino lo que se suele denominar voto oculto. Electores que ya está definidos, pero seguramente no lo quieren decir. Y creen que probablemente un tercio de ese universo van a votar por alguna de las dos opciones de Juntos.
Creen que probablemente la coalición opositora hoy este sumando no menos de un 25% y con chances de crecer. El otro elemento interesante para destacar es la comparación con las mediciones anteriores. En el mes de mayo el FTD tenía una intención de voto del 44,9% contra un 27,9% de Juntos. A principios del mes pasado el oficialismo bajo al 38,3% y la coalición opositora 24,5%. En 90 días la boleta oficialista perdió 10 puntos, una verdadera debacle en un bastión de Cristina Fernández de Kichner.
Conviene recordar que en las elecciones generales de 2019 Fernández obtuvo 55,25% de los votos y Mauricio Macri 35,5%, veinte puntos de diferencia, brecha que prácticamente se repitió en todos los municipios de la Tercera, región del sur del GBA donde se basó el triunfo nacional del actual oficialismo. Quilmes tiene un padrón de 520.000 electores, es un distrito muy heterogéneo, con zonas de clase media y media alta. También cuenta con una gran cantidad de villas y asentamientos. Muy representativo de la media del conurbano.
Las otras dos cuestiones que también son estratégicas pasan por el nivel de participación que se registre en las PASO por la pandemia y el malestar de amplios sectores sociales con la política. Y la capacidad de fiscalización de los espacios opositores. Esto último preocupa a Juntos por el Cambio frente al aparato que suele exhibir el oficialismo en estas zonas del GBA. Tal como señaló en su columna semanal el colega Sebastián Dumont, “la expectativa que había generado Juntos por el Cambio en 2015 les generó una avalancha de fiscales voluntarios. Eso ya no está. Para tomar sólo un ejemplo, en un distrito del conurbano, a esta altura tenían al menos 200 inscriptos para controlar las urnas. Hoy sólo 14. Una muestra más de la apatía que genera la representación política actual”.