¿Te vino “Andrés”? “Si no podemos ni nombrar la menstruación, estamos lejos de normalizarla”

A partir de la creación de bombachas absorbentes para usar durante el periodo, hablamos del impacto de la menarca en las jóvenes.
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Juliana Morales Rins y Romina Delichotti tienen 44 años, son amigas desde la infancia y la llegada de sus hijas Isabella y Julia, respectivamente, les animó a preguntarse qué cambios atravesamos las mujeres y cuál era la mejor manera de acompañarlas. Y pusieron el foco en la menstruación: “‘¿Señoritas?’ Si éramos las mismas niñas que el día anterior, solo que un poco confundidas y asustadas por la llegada de ese momento en el que la familia nos felicitaba”.

 

“Ahí decidimos que nuestra pequeña batalla sería la pacífica lucha por hacer de la menstruación un momento feliz, pleno, cómodo y sano para nuestros cuerpos y el medio ambiente”. Y crearon Freeling, una marca de ropa interior “High Tech” y sustentable, pensada para la menstruación.

En ese marco, diseñaron la línea Primera menstruación, dirigida a los primeros ciclos de las niñas y personas menstruantes. 

 

“Las nuevas generaciones ya tienen una gran conciencia y responsabilidad hacia el mundo en el que vivimos y los impactos de los productos con plástico”, explica Delichotti, directora y fundadora de Communica, agencia de marketing digital.

 


En un posteo de su cuenta en Instagram preguntaron “¿cómo fue tu primera menstruación?” Y las respuestas se multiplicaron con historias en las que la vergüenza y el desconocimiento son protagonistas.

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“Fui al súper y me felicitó la cajera, así que fue el peor día de mi vida hasta ahora”. “Estaba sola en casa, así que me asusté y pensé que me iba a morir”. “Fue un feriado, así que tuve suerte”. “Creo que mi mamá no sabía dónde meterse”. “Pensé que algo malo me pasaba, tenía 10, nadie me había explicado nada y cuando le dije a mi mamá, me dijo que ya era ‘señorita’”.

 

Algo parecido se generó en la cuenta de Instagram de la ilustradora Ro Ferrer, cuando propuso el tema hace unos días:

"Mi vieja me dio el pésame cuando tuve la menarca, imaginate lo que fue durante años mi menstruación". "Mis familiares me felicitaron y me hicieron un asado, fue el peor día de mi vida". "Tengo 36 años y me sigue dando vergüenza comprar toallitas". "Decían que en 'esos días' no podías batir mayonesa (casera) porque se cortaba".

 

 

"Fue horrible para mí; las doñas del barrio me abrazan y felicitaban. Yo, muerta de miedo y vergüenza". "Una vez me vendieron toallitas y me las envolvieron en diario". "Cuando me vino me enojé, no quería saber nada y no quería ayuda, y me terminé poniendo la toallita al revés".

 

 

Menarca, el primer sangrado
 

“La primera menstruación, también llamada menarca, es un sangrado que proviene del interior del útero y que sale por la vagina, que genera en las niñas y adolescentes grandes cambios corporales y emocionales", indican las doctoras Vanina Drappa, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ), y Viviana Cramer, presidenta de dicha entidad.

"Desde hace unos años, la menstruación es considerada un signo vital, el quinto de toda mujer en edad fértil, acompañada por el pulso, la frecuencia respiratoria, la temperatura corporal y la presión arterial”, agregan.

 

“Dado que la llegada de la menstruación implica un antes y después en la vida de la niña o adolescente, es importante que los adultos puedan hablar de su llegada ante los primeros indicios de la pubertad. Naturalizando el tema, conversando sin tabú, incluso con los demás integrantes de la familia, involucrando a los varones, para que las niñas se sientan libres para preguntar, ya que la menstruación es algo vital que forma parte de la vida”, dicen las médicas de SAGIJ.

 

Según un estudio de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en mujeres adolescentes sanas, el promedio de edad de menarca es a los 12 años. Sin embargo, insisten en que es importante anticiparse a ese momento y que las mujeres conozcan desde pequeñas su cuerpo, para que al llegar a la pubertad estén informadas de los cambios que van a ocurrir y puedan hablar libremente de ese proceso.

 

"La necesidad de hablar estos temas en casa, junto a la importancia de enseñar Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas serán claves para que las niñas accedan a la información”, aseguró Vilma Rosciszewski, médica miembro de SAGIJ.

 

 

Sin eufemismos
 

Dicha marca realizó una encuesta a casi 200 personas en Argentina y, según sus resultados, más de la mitad usa toallitas descartables y solo el 17% usa la copita. Sumado a esto, casi la mitad de las personas encuestadas utiliza protectores diarios, a pesar de que el 73% manifestó ser consciente del impacto en el ambiente.

 

“Creemos que en el mundo hay un cambio fuerte en varios sentidos en relación a la menstruación. Por un lado, estamos hablando del tema sin vergüenza, enseñando a nuestras hijas e hijos a normalizarlo, a tomar la menstruación como un ciclo que nos da información clave sobre nuestra salud”, dice Morales Rins, quien actualmente también es Gerente de Marketing Regional de Natura.

 

“Por otro lado, cada vez hay más conciencia de la generación de residuos y su impacto en el planeta: para usar una toallita durante 6 horas, se necesitan 4 bolsas de plástico y esa toallita va a estar en el planeta los próximos 500 años. Cuando uno toma conciencia que todavía existe la primera toallita, cambia mucho las formas de ver las cosas, y los más jóvenes son muy conscientes de este punto”.

 

Y agregan las emprendedoras: “Además, es fuerte decirle a una nena que menstrúa por primera vez que las toallitas son cómodas, que llevan un pedazo de plástico entre las piernas es normal una semana por mes… Todo esto está ayudando mucho a cambiar la percepción en relación a este mercado y que todos busquemos nuevas formas de vivir esa semana”.

 

 

Chau “sangre” azul
 

 

La popularización de la copa menstrual -ecológica y más barata a largo plazo que los productos descartables- va de la mano con una mayor apertura a hablar sobre estos temas, así como permite un mayor registro del ciclo menstrual, de los cambios en el cuerpo y, concretamente, pone a las personas menstruantes en contacto con su propia sangre.

 

Diversas marcas de productos de gestión menstrual comenzaron a modificar el eje de sus publicidades en esa línea, y cambiaron el azul "pitufo" de las publicidades por el rojo. Por ejemplo, la marca de toallitas Nosotras, con una publicidad en la que también se mostraba a una mujer cambiándose en el baño.

 

En línea con esta tendencia, el comercial de Freeling incluye un líquido rojo (y no azul): “Nos asesoramos cuál era la mejor manera de replicar sangre caseramente, ya que queremos ayudar a que las mujeres dejen de sentir asco por su propia sangre, o sensación de algo sucio que todavía se escuchan muchos comentarios en relación a eso”.

 

Las marcas también se subieron a la tendencia global, apelando a la energía y fuerza interior de las mujeres en sus comerciales. Por ejemplo, con la campaña #SoyUnNuevoCiclo, Kotex busca "concientizar a la sociedad y derribar el estigma de la menstruación, y relacionarse de forma más positiva y natural con su ciclo y sus cuerpos". Cande Ruggieri, Mica Lapegüe y Flor Jazmín Peña fueron algunas de las influencers convocadas.

 

En los últimos años empezó a hablarse más sobre menstruación, pero la idea del “que no se note”, de que es algo que debe permanecer oculto, permanece. Dicen Juliana y Romina:

“Las mujeres solemos informarnos sobre nuestro propio ciclo cuando buscamos un hijo, o buscamos no quedar embarazadas. Es un tema del cual se habla poco por vergüenza, con señas si nos falta una toallita y que los hombres no sepan que estamos en esa semana. El hecho de que no podamos decir normalmente que estamos menstruando y lo llamemos como ‘me vino’, ‘me vino Andrés’ o ‘estoy indispuesta’ clarifica este punto. Si no lo podemos ni nombrar, lejos estamos de normalizarlo”.

 

¿Qué consejo le darían a madres y padres para acompañar a sus hijas en relación a la menstruación? “Hablar mucho, conversar delante de los hermanos varones -en caso de tenerlos- y dar información siempre. La connotación con la que hablemos de este tema va a ser clave en como ellos lo vivan (nenes y nenas)”.

 

 

Menarca: lo que hay que saber
 

Drappa y Cramer hacen un punteo de los principales aspectos a tener en cuenta sobre la primera menstruación:

 

·         En las niñas, es el hito final luego de 2 años y medio aproximadamente de cambios puberales, que suelen comenzar entre los 8 y 12 años. Entre los principales se encuentran el aumento de la sudoración, la aparición de vello axilar y púbico y la aparición del botón mamario, entre otros. Además, algunas pueden sentir distintas emociones como tristeza, irritabilidad o enojo, y otras, felicidad con las modificaciones que están experimentando.

 

·         Suele ocurrir entre los 9 y 15 años.

 

·         Marca la posibilidad física de un embarazo.

 

·         No provoca dolor.

 

·         El comienzo del sangrado marca el primer día del ciclo menstrual. Tiene una duración entre 3 y 7 días, con un promedio de 4 días, aunque dicha duración puede variar según la persona, o en una misma persona de un ciclo a otro.

 

·         El intervalo de los ciclos en el primer año varía de 21 a 45 días y es frecuente que se prolongue, y se puede observar, también, que ocurra cada 3 meses o 3 veces en el mismo mes. Las irregularidades menstruales en esta etapa se producen, en la mayoría de los casos, por una condición fisiológica, aunque también puede deberse a otro tipo de condiciones. Es recomendable realizar un calendario menstrual desde la menarca, ya que el registro puede permitir la detección temprana de algún problema asociado.

 

·         En cuanto al volumen de la pérdida, puede que sea escaso, o mucha cantidad. Cuando sucede lo segundo se recomienda consultar al profesional o asistir a la guardia médica.

 

 
Justicia menstrual
 

Una de las principales problemáticas de la menstruación es que deja afuera de la escuela y de trabajos a niñas y mujeres de bajos recursos que no tienen cómo gestionar su periodo. Señala el documento Justicia Menstrual. Igualdad de género y gestión menstrual sostenible, del Ministerio de Economía de la Nación:

 

“Las toallitas, tampones y copas menstruales son un costo económico extra en mujeres y personas que menstrúan. Quienes tienen menores recursos enfrentan obstáculos para acceder a estos productos, con consecuencias sobre su vida cotidiana".

 

Y agregan: "Las barreras económicas al acceso de productos de gestión menstrual tiene implicancias en la salud, la educación y el trabajo. Se ausentan de la escuela o de sus puestos de trabajo, dejan de hacer actividades deportivas o de esparcimiento y, en algunos casos, recurren a alternativas para gestionar su menstruación que pueden afectar su salud (uso de trapos o elementos no higiénicos)”

 

En los últimos años se empezó a visibilizar más esta problemática en nuestro país y el mundo. Por ejemplo, la colombiana Diana Sierra inventó una “toallita-bombacha” (BeGirl) orientada especialmente a las situaciones de pobreza infantil y juvenil. Y desde Freeling dicen que sueñan con generar un producto con precio accesible (actualmente sus productos arrancan en 4.390 pesos).

 

La campaña MenstruAcción, de Economía Femini(s)ta, busca desde hace años visibilizar estas problemáticas relacionadas con la gestión menstrual.

 

Tal como se detalla en dicho documento, realizado en el marco del Foro de Justicia Menstrual (mayo de 2021), en la Argentina existen pocos estudios que reflejen el impacto de la menstruación en el ausentismo escolar o laboral, la salud y los gastos de los hogares.

 

Según los datos de la primera Encuesta de Gestión Menstrual, realizada en forma virtual en la provincia de Buenos Aires el último año, el 75% de las personas encuestadas elige utilizar productos desechables (toallitas y tampones), y el 67% considera que los productos de gestión menstrual son “caros o muy caros”.

 

Además, entre las actividades que las personas menstruantes dijeron suspender debido a la menstruación, la actividad física (práctica deportiva o el gimnasio) resulta la más postergada (76%). Y casi la mitad de las encuestadas manifestó haber dejado de ir a la escuela o a la facultad (48%), a eventos sociales (44%) y, en menor medida, dejar de cumplir con la jornada laboral (22%).

 

“La menstruación es un tema más en la vida de la mujer, y cualquier disparador es importante para abordarlo. Es importante que, al visualizar las primeras modificaciones corporales, se converse e informe a las niñas para que al momento del sangrado ya estén sensibilizadas y no se asusten porque ven sangre en la ropa interior, ni sea un momento traumático”, cierran las médicas.

 

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