El senador nacional de Juntos por el Cambio Pablo Daniel Blanco presentó un proyecto para que el Banco Central de la República Argentina y la Casa de la Moneda “dispongan las medidas necesarias para la creación y emisión de un billete de curso legal de cinco mil y diez mil pesos” para recortar gastos en la impresión de la moneda en el exterior.
En el proyecto, Blanco asegura que la gran cantidad de billetes que se imprimen en el exterior implican una gran costo que podría ser subsanado si se aumenta la denominación de los mismos. Además, explica que no sería necesario importar la moneda: “Es momento de poner en valor nuestra propia casa de moneda, reducir costos y generar trabajo dentro de ella y no fuera del país”.
Así, argumenta que “la inflación le quita poder adquisitivo al dinero al mismo tiempo que vuelve prácticamente inservibles los billetes de bajas denominaciones” y que “hoy todo el mundo sabe que con 1000 pesos se compra poco y nada en cualquier supermercado, y que infinidad de transacciones que se realizan por fuera del sistema electrónico formal importan volúmenes grandes de billetes”.
Es por eso que Blanco propone: “La emisión de billetes de $5.000 y $10.000 en la comprensión de que dichas emisiones generarán un sustancial ahorro en el costo de emitir billetes de alta denominación, ya que el costo de emisión de un billete como los que aquí se proponen es prácticamente el mismo que uno de $1000, mientras que la cantidad de billetes necesaria de imprimir para satisfacer la demanda pasaría a ser mucho menor”.
El senador hace referencia a la decisión tomada el año pasado por el gobierno nacional de “volver a importar billetes realizados por completo en el exterior, como ocurrió durante el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner vía convenios con Brasil y Chile, ante la imposibilidad de la Casa de la Moneda local de dar abasto con la emisión necesaria”.
“La emisión de dinero en la economía argentina crece vertiginosamente y desborda la capacidad que tiene el Gobierno para imprimir sus billetes. La Casa de la Moneda no tiene suficientes recursos para abastecer la creciente demanda de efectivo agravada por la cuarentena”, argumenta.
En ese sentido, cuestiona al gobierno de Alberto Fernández y enumera los beneficios del proyecto: “Es inentendible el capricho del Estado Nacional, en no querer imprimir billetes de mayor denominación, cuyos beneficios son de variada índole: desde reducir costos al no tener que imprimir inmensas cantidades de billetes de menor denominación, recuperar la independencia en la impresión de los mismos, evitar el faltante y rápido agotamiento de circulante en cajeros automáticos en los que se generan largas filas a principio de cada mes, ocupar menos espacio físico en toda la cadena de traslado, etc”.
Para finalizar, en el texto del proyecto, Blanco advierte que “la emisión de estos nuevos billetes, no solucionarán el problema inflacionario ni pondrán fin al déficit fiscal, pero si permitirá una adecuación en los billetes en circulación para el desenvolvimiento de la actividad económica basada en transacciones con efectivo”.