¿Esperar la segunda dosis de Sputnik V o combinar?: qué dicen los expertos

Los estudios hechos hasta ahora no revelaron reacciones adversas. Más de un millón de personas tienen los esquemas vencidos.
La vacuna de Moderna fue la última que se sumó a los estudios de combinación que se hacen en el país.
La vacuna de Moderna fue la última que se sumó a los estudios de combinación que se hacen en el país.

La combinación de vacunas contra el coronavirus se perfila como una buena forma de brindar a las personas la protección que necesitan si hay problemas de seguridad -efectos adversos- y suministros impredecibles. Eso, en el mundo. En Argentina, por lo segundo.

Más de un millón de personas en el país estan por cumplir cuatro meses a la espera de la segunda dosis de Sputnik V y otros 5 millones se dieron la primera inyección semanas o meses después que ese grupo.

Frente a la combinación de vacunas disponible desde el anuncio de este miércoles, ahora se presenta un dilema también mixto. Uno que se da por igual en la ciencia y en quienes ponen el hombro.

¿Esperar que lleguen a los vacunatorios las tres millones de dosis del componente 2 prometidos por el Gobierno y producidos acá? ¿O recibir el pinchazo que sea frente a los riesgos de la variante Delta?

En esta nota habrá dos posturas contrarias. La decisión, como antes de que se combinaran vacunas, nunca fue tan personal. También habrá un repaso de cómo se prueban aún hoy las mezclas de vacunas en el mundo.

La mayoría de las vacunas contra el SARS-CoV-2, la enfermedad respiratoria que produce el covid, la conocida "neumonía bilateral, deben administrarse en dos dosis. Esa es la recomendación "de fábrica". Lo que dice el prospecto. Pero varios estudios respaldan la idea de que la combinación de la vacuna de AstraZeneca y la vacuna de Pfizer desencadena una respuesta inmune similar o incluso más fuerte que dos dosis del mismo laboratorio.

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Los resultados anunciados en julio por un grupo de científicos de la Universidad de Oxford en el Reino Unido sugieren que "a veces" supera en rendimiento a dos inyecciones de la misma vacuna, y una conclusión similar está emergiendo de estudios alemanes.

Países como Canadá, Francia, España y Noruega ya están aplicando estrategias de combinación de vacunas a medida que se acumulan estudios que muestran un nivel más alto de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Pero ninguno de los estudios anteriores probaron con Sputnik. Sólo lo hicieron con AstraZeneca y Pfizer.


En Argentina se aplica AstraZeneca, pero todavía no la Pfizer, que llegará en septiembre y no fue evaluada en el ensayo de mezcla realizado tanto en la Provincia como en la Ciudad de Buenos Aires. Sí se está analizando qué pasa con Moderna, que tiene la misma tecnología, ARN mensajero, que Pfizer.

Así las cosas, nuestro país se mantiene como "singular" al combinar Sputnik V-AstraZeneca y Sputnik V-Sinopharm. 

Ya son cinco las provincias que se sumaron a estos ensayos y el lunes comenzó el enrolamiento de voluntarios para participar de las pruebas en La Rioja, Córdoba y San Luis.

 

Esperar o no esperar


"La realidad es que es muy difícil responder si es mejor esperar el segundo componente de Sputnik en vez de combinar. Porque yo no estoy seguro de que (el laboratorio Richmond) fabrique 3 millones de dosis en un mes. O por lo menos que envasen y empaqueten. Es una gran producción", dice a Clarín Eduardo López, jefe del departamento de Medicina del Hospital Gutiérrez y asesor del Gobierno.

Su duda es desde lo "logístico". Desde lo científico, tiene un panorama más claro.

"Si tuviésemos disponibilidad del segundo componente, la verdad es que preferiría que se den primer y segundo componente de Sputnik V. Ahora, si no está, hay que ir a buscar alternativas. Y ahí aparecen las combinaciones vacunales. Creo que, de lo que tenemos, lo mejor sería Sputnik V, primera dosis, con Moderna; y Sputnik V con AstraZeneca como segunda dosis", apunta.

¿Algún grupo en particular, como los inmunodeprimidos o los mayores de 60, sí debería esperar y darse la segunda dosis de Sputnik? Para la infectóloga Liliana Vázquez, de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI), no hay lugar para la espera. No importa la edad. Ni la enfermedad preexistente.

"Todas las vacunas están aprobadas para pacientes inmunocomprometidos (quienes tienen una enfermedad que afecta el sistema inmunológico o están bajo tratamientos que bajan las defensas) y para adultos mayores. No hay vacunas a base de virus vivos. Así que todas demuestran ser seguras. Creo que si ya se dieron una primera dosis de Sputnik, se pueden dar una segunda de AstraZeneca o Sinopharm", marca.

La clave del apuro es que la variante Delta es un 60% más transmisible y aún restan datos a mayor escala para hablar sobre su peligrosidad.

"Para frenar a Delta son necesarias dos dosis de vacunas. Que la población esté con el esquema completo. Pasaron, para mucha gente, más de tres meses desde la primera dosis de Sputnik. Hay caída de sus anticuerpos. Algunos tienen hoy concentraciones que ya no son protectoras contra la enfermedad severa. No hay una población que no deba recibir segunda dosis, de lo que haya disponible. Y en el futuro veremos si los inmunodeprimidos necesitarán también una tercera.  Y si las dos dosis de Sinopharm no son suficientes, aunque no seas del grupo de riesgo, y necesites un refuerzo, habrá que darlo", cierra.

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