El juez de ejecución penal Ricardo Basílico firmó la libertad condicional de Amado Boudou luego de que le redujeran 11 meses la condena. El ex vicepresidente de Cristina Kirchner cumplió los dos tercios de la sentencia por corrupción en el caso Ciccone que se le dictó en agosto de 2018. Fue una condena particular: el último año y medio estuvo bajo arresto domiciliario y monitoreado con una tobillera electrónica alojado en una casona con pileta, quincho y ascensor interno.
Desde ahora, podrá salir a la calle sin vigilancia y con mínimas restricciones: una de ellas será la prohibición de cometer nuevos delitos. El juez le impuso la prohibición de salida del país.
El viernes pasado, después de que la Cámara de Casación redujo un mes más los plazos de cumplimiento de la condena de Boudou, sus abogados Graciana Peñafort y Alejandro Rúa pidieron que se realice el nuevo cómputo y que se le conceda, finalmente, la libertad condicional.
El ex vice acumuló una reducción de once meses de los plazos de su sentencia acusatoria. Fue lo que adelantó la fecha en la que se computan los dos tercios de su condena por corrupción en el caso Ciccone.
Los tiempos se aceleraron para el ex vicepresidente cuando se aplicó a su favor la Ley de Estímulo Educativo tras reconocerle un conjunto de talleres y cursos que realizó estando en prisión. Se le contabilizaron las horas del curso de programador de sistema de base de datos de computadoras personales, otro de electricista y montador electricista, uno de organización de eventos y otro de filosofía. Para los presos comunes suele ser un calvario conseguir ese beneficio que para el ex vice se aplicó sin problemas.
El último que tuvo en cuenta la Cámara de Casación fue un posgrado en Desigualdades y Políticas Públicas Distributivas, dictado a distancia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Son 30 clases, en 8 meses lectivos, destinadas a “profesionales, técnicos y funcionarios”.
Después de esta última medida, firmada por los camaristas Mariano Borinsky y Ángela Ledesma -con la disidencia de Javier Carbajo-, se solicitó un nuevo cómputo que daba una fecha específica: el 20 de julio.
Con el plazo estipulado de los dos tercios de la condena cumplida, el juez de Ejecución Penal, Ricardo Basílico pese a no acordar con conceder en casos de corrupción la libertad condicional, firmó la resolución. En ella explicó que pese a no ser un criterio que avale, había acuerdo por parte del Ministerio Público Fiscal como de la Cámara de Casación, y por ello le otorgó el beneficio a Boudou.
"Conceder la libertad condiciona a Amado Boudou. Se hará efectiva desde el día de la fecha, respecto de la pena de 5 años y 10 meses de prisión, multa de 90.000 pesos e inhabilitación perpetua" dice la resolución del juez de Ejecución Penal a la que accedió Clarín. En los mismos articulados ordenó que se le retire de forma inmediata la tobillera electrónica con la que se lo monitoreaba desde abril del 2020.
Asimismo, se determinó que el ex vicepresidente debe cumplir con una serie de requisitos impuestos para su libertad. Deberá "residir en el lugar que determine el auto de soltura –sin poder mudar su domicilio previa autorización por escrito de este Tribunal", sostuvo el juez Basílico.
También se le impide "cometer nuevos delitos" y estará bajo el control de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal (DECAEP), "dependencia que hasta el momento realiza la supervisión del arresto domiciliario" del que gozaba Boudou. Dicho organismo es el responsable de remitir los informes de control bimestrales.
Hay una prohibición impuesta al ex vice y es la de salida del país. No podrá hacerlo según determinó el juez Basílico. Para tales fines, se libró oficio a la Dirección Nacional de Migraciones "para que tome debido registro de ellos".
El magistrado tomó la decisión tras recibir el informe de la dirección del lugar donde reside y residirá Boudou, el cual no puede ser modificado sin conocimiento de la Justicia. También un informe de peritos que "pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social”, de Boudou.
Regirán para el vice reglas de inspección que fija el juez de ejecución penal, “especialmente la obligación de abstenerse de consumir bebidas alcohólicas o utilizar sustancias estupefacientes”, señala el Código.
El nuevo escenario de Boudou dejó abstracta la decisión del juez Basílico quien el 21 de abril revocó su arresto domiciliario y ordenaba que regrese a la cárcel a cumplir la condena que la Corte Suprema de Justicia. Los plazos de la Cámara de Casación dilataron la decisión sobre ese fallo y finalmente el beneficio obtenido fue la libertad condicional.
Amado Boudou ingresó a prisión el 7 de agosto de 2018 después de que el Tribunal Oral Federal 4 (TOF 4) lo sentenció a cinco años y diez meses al haberlo encontrado responsable de los delitos de cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública por la compra de Ciccone, la ex calcográfica con capacidad para imprimir papel moneda.
Su paso por la prisión en el pabellón destinado a presos por corrupción en el Penal de Ezeiza no fue muy extenso. El 6 de abril del 2020 el juez Daniel Obligado le otorgó el arresto domiciliario en medio de la pandemia de coronavirus. Consideró que era más conveniente estar en su hogar ya que tenía dos hijos pequeños y que la familia de su esposa reside en México. Otra vez, ese beneficio no suele ser otorgado a la mayoría de los presos comunes que también tienen familia e hijos.
Desde entonces, permaneció en una casa de cuatro plantas -unidas por un ascensor- de 555 metros cuadrados. “Cuenta con una impactante entrada con escalinatas, gran living-comedor, una mega suite de 60 metros cuadrados, cuatro dormitorios, ascensor y siete baños”, decía el anuncio de la inmobiliaria.
Los plazos continuaron corriendo, ayudados por las reducciones de los plazos de cumplimiento de la condena. Así, llegó al cumplimiento de los dos tercios y desde este martes gozará de su libertad.